El rastro de las miles de personas que abarrotaron en la jornada del sábado el centro histórico y sus inmediaciones apenas se percibía, salvo excepciones, a mediodía de ayer. Un operativo especial de limpieza, con más de medio centenar de integrantes, se encargó de adecentar todas las calles y espacios públicos desde las seis de la mañana. A primera hora aún eran perceptibles numerosos restos de la fiesta, sobre todo plásticos, botellas, paja y mucho otros desperdicios. Para su retirada se instalaron cuatro zonas de actuación: Santa María, Ferrería, Teucro y Alameda, con camiones de recogida, barredoras, lavaaceras, furgones y un camión cisterna, además de los operarios a pie hasta un total de 52 personas. Ya el sábado hubo una actuación específica de vaciado de papeleras y contenedores, pero nunca suficiente.