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Usuarios y personal del ambulatorio sufren a diario temperaturas de más de 35 grados

El sol golpea en los ventanales del centro Virxe Peregrina durante todo el día sin cortinas ni aire acondicionado -Los usuarios, obligados a utilizar abanicos para combatir el calor

Varios usuarios tratan de aliviar el calor en una de las salas de espera. // Gustavo Santos

En la planta primera del centro de salud Virxe da Peregrina los antiguos ventiladores del techo giran para revolver el aire caliente. No hay apenas cortinas, solo ventanas translúcidas que no frenan el sol. Una anciana se abanica con el rostro brillante por el sudor. "No hay ventilación, las ventanas se abren muy poquito, no hay aire acondicionado y tienes que esperar mucho. Aquí es morirse", lamenta María Jesús de la Fuente una de las usuarias del centro. Algunos pacientes tratan de esconderse en la consulta de la enfermera, haciendo esquina, donde la sombra baja unos pocos grados la temperatura. Solo pueden hacerlo cuando la consulta está vacía, comenta un miembro del personal.

La segunda planta parece presentar una sensación térmica incluso mayor. "Durante la tarde el sol da por el otro lado, que también hay ventanal, y es otro horno", asegura una trabajadora. La situación empeoró hace dos años, cuando la peatonalización de la calle provocó la retirada de unos árboles que ejercían de barrera natural. Desde entonces no se ha tomado ninguna medida al respecto, a pesar de las continuas quejas de trabajadores y pacientes. "El año pasado había termómetros colgados de los radiadores y estaban que estallaban. Este año ya no los han puesto", denuncia otra mujer que trabaja en el Virxe da Peregrina. Los datos de MeteoGalicia marcaban ayer temperaturas por encima de los 30 grados en la ciudad de Pontevedra, una cifra que queda claramente por debajo del ambiente que se podía respirar en el centro de salud de la calle de la Maestranza, donde se calcula que se superaban los 35..

No solo los árboles han desaparecido. Las viejas cortinas opacas que ejercían de protección se quemaron con el sol y tuvieron que ser retiradas, y no es este centro de salud la única dependencia del Sergas que presenta una problemática de este tipo. Los ingresados del Hospital Provincial de Pontevedra emplean sus propios ventiladores para resistir el periodo estival. Los estores instalados el verano pasado no son suficientes para mantener sus habitaciones en condiciones confortables.

A la espera de una solución

Fuentes sanitarias han asegurado que el Sergas ya trabaja para dar solución a este problema y se muestran confiadas de que en solo unas semanas se resuelva este asunto. La presión del centro y la visita de una delegada sindical hace unas semanas habría servido para poner sobre aviso al Servizo Galego de Saúde, responsable de tomar cartas en el asunto. Otros usuarios, sin embargo, frente a los miembros sanitarios que aseguran que se trata de un problema reciente que afecta a pocos pacientes por el reparto de agendas, afirman que se es una problemática recurrente que se repite cada verano y demandan una solución definitiva.

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