La totalidad de vecinos de los barrios de Monte Porreiro y de Campolongo (al menos doce mil personas) verán como este año, en principio tras el verano, se cambia su sistema de recogida de basura. La implantación de ambos barrios, sin excepción alguna, del modelo de compostaje que promueve el gobierno local supondrá la eliminación de la actual recogida de residuos tal y como se conoce. Dejará de recogerse la materia orgánica, que tendrá que ser depositada por los propios vecinos en los composteros comunitarios (33 en Monte Porreiro y al menos una quincena en Campolongo) que instalará el Concello en otoño próximo.

Ambos barrios fueron elegidos a petición de las asociaciones de vecinos y por la implicación recogida, y se convertirán en los pioneros de toda la ciudad en estrenar el modelo de compostaje que el Concello tramita desde hace meses. Mientras tanto, un porcentaje de la población de Monte Porreiro y el entorno de Cabaleiro, en Campañó, se convertirán este mismo mes en "laboratorios" experimentales del modelo, si bien en ambos casos no se modificará todavía el sistema de recogida de basura, de modo que los vecinos podrán optar por el proceso tradicional o por enviar su materia orgánica a los composteros.

El Concello ha iniciado ya las obras para instalar los tres composteros colectivos experimentales en Monte Porreiro, en la plaza de Europa, en la calle Italia junto al supermercado y en la calle Alemania, al lado del centro cultural, y uno en Campañó. Se colocarán cinco módulos en cada lugar, con un total de veinte composteros que aporta la Diputación con su plan Revitaliza. En cambio, los más de 300 que se quieren colocar tras el verano serán adquiridos directamente por el Concello. Las obras consisten en la creación de una base drenante, una toma de agua y otros aspectos necesarios para albergar los recipientes, que probablemente lleguen la próxima semana o la siguiente.

Pese a que el sistema en marcha aún presenta numerosas lagunas, en especial la falta de una planta propia de compostaje, el gobierno local se muestra dispuesto a acelerar al máximo su implantación, de la mano de la Diputación, que ya asignó al municipio capitalino siete maestros composteros formados

por la entidad provincial y que se encargarán de coordinar y dirigir las instalaciones comunitarias que se instalarán en cada barrio. Además, desde hace unas semanas trabajan en la elaboración de los programas de implantación del sistema. Se trata de determinar el número de viviendas y residentes, la ubicación de los composteros comunitarios, los productores singulares de cada zona, los recorridos y rutas y todos los modelos para el pleno funcionamiento del nuevo plan. Paralelamente, el Concello trabaja en diseñar las rutas de recogida de la basura en camiones, las ordenanzas fiscales y municipales que regirán todo el proceso, la adquisición de los composteros, individuales y colectivos, y en establecer las bases del futuro contrato de basuras, si bien este último apartado aún está poco avanzado.

Los resultados del modelo experimental de Monte Porreiro y Campañó servirán de base para la extensión del modelo a todo el municipio de manera paulatina, si bien empezado por todo el barrio de Monte Porreiro y el de Campolongo, a los que se podría unir algún otro que lo solicite.

En todo caso, hasta el momento el Concello no ha puesto en marcha las campañas de concienciación necesarias para informar e implicar a los vecinos y tampoco ha aclarado qué tipo de contenedores se instalarán en la calle. En su día se apuntó que habría, en general, recipientes marrones para los restos de comida, otros para plásticos, latas y envases, más los habituales de vidrio y papel-cartón. La incógnita es determinar qué hacer con la basura que no encaja en ninguna de estas categorías. Además, los marrones para la materia orgánica no existirían en Campolongo y Monte Porreiro ya que esos residuos (restos de comida) se depositarían en los composteros colectivos.