Está a punto de cumplir una década desde su firma, en julio de 2006 y continúa sin avances. El convenio urbanístico de la ONCE ha estado salpicado desde entonces de retrasos, advertencias municipales por los incumplimientos, crisis económicas de la organización, un proyecto fracasado de un nuevo Centro de Recursos Educativos (CRE) y otros obstáculos, que tienen en suspenso la operación, hasta el punto de que el gobierno local llegó a barajar incluso anular aquel convenio. Fue entonces, en noviembre de 2015, cuando la ONCE volvió a dar señales de vida y presentar en el Concello el diseño para desarrollar un total de 31.119 metros cuadrados junto al colegio Santiago Apóstol, habilitado para levantar cinco edificios con unas 220 viviendas. Este plan establece la creación además de una nueva red viaria para conectar el entorno administrativo de la Xunta en Campolongo con la avenida de Vigo, a la altura del instituto Torrente Ballester. El documento fue aprobado por el Concello con la esperanza de iniciar alguna obra, pero desde entonces no hubo más avances.