La "jugada" de los presupuestos, aprobados en solitario a principios de mes por el BNG aprovechando una baja médica en el PP no deja de tener consecuencias. Después de forzar hace una semana una sesión plenaria el día de la "resaca electoral", en contra del criterio del BNG, todos los grupos de la oposición han decidido pisar el acelerador en su estrategia de limitar el margen de maniobra del gobierno local y ayer celebraron una primera "mesa por la regeneración democrática" que tiene el objetivo de pactar, en imponer en su caso, nuevas "reglas de juego" en el Concello que obliguen al alcalde, Miguel Fernández Lores, a otorgar voz a los vecinos en los plenos, potenciar las acciones de "transparencia" en la gestión municipal y asumir un "reglamento de Buenas Prácticas que acabe con los déficits democráticos y la opacidad" actual, en palabras de Luís Rei, portavoz de Marea y uno de los impulsores de esta iniciativa.

La reunión congregó a todos los portavoces municipales salvo al BNG, pese a estar invitado. Ninguno de sus ediles asistió a la cita, ni siquiera de oyente, al entender que se trata de un nuevo episodio del pacto político de la oposición frente al gobierno local. En cambio, los asistentes negaron que se trate de "frente político alguno, sino de mejorar el funcionamiento interno del Concello", de ahí que lamenten la ausencia del BNG, al que invitan a participar en los próximos encuentros. "Son muchos los asuntos que nos diferencian entre nosotros (los cuatro grupos de la oposición) como para formar un frente político único", insiste Luís Rei, si bien estrechar el control sobre el gobierno local sí es un objetivo común.

Aunque la reasignación de las dedicaciones exclusivas (de las que ahora carecen Marea y C´s) se planteó en su día, en la reunión de ayer no se abordó oficialmente.

Agustín Fernández, portavoz del PSOE, explicó que el objetivo de la reunión de ayer es "lograr más dosis de transparencia y democracia" mediante instrumentos como un nuevo reglamento de funcionamiento del pleno o de Buenas Prácticas, además de mejorar la representación de la oposición en los órganos colegiados".

Por su parte, Jacobo Moreira (PP) denunció el "vía crucis" que supone para los concejales acceder a la documentación municipal, una queja a la que se sumó María Rey, portavoz de Ciudadanos, en lo referente a la escasa gestión por parte del gobierno local de las mociones de la oposición aprobadas por el pleno. Moreira también recordó que la entrada en vigor de la Ley de Transparencia "es una oportunidad inmejorable" para esas nuevas reglas de juego que deberíamos pactar entre todos, por lo que no es bueno que el BNG se aísle".

Luís Rei, que desde hace meses reclama estas medidas, subrayó que en el Concello "hay unos déficits como el de la participación ciudadana, con un reglamento de hace quince años, falta de transparencia, opacidad y un funcionamiento que arrastra vicios después de tantos años con las mismas personas. El establecimiento por norma de un turno de intervención vecinal en todos los plenos es una de las exigencias de Marea, a la que se suman, en principio, los demás grupos de la oposición. Fue Marea la que dio el primer paso para la "mesa por la regeneración democrática de ayer, mediante una carta enviada a todos los grupos. Y es que todos ellos insisten en que estas nuevas "reglas de juego" deben ser aceptabas de forma unánime, de ahí que se reprocha la ausencia del BNG. "Si no acudieron fue por decisión suya", aclaró Rei.