María Inmaculada es la patrona de la Infantería porque, según recordó ayer Luis Cebrián en su alocución, en Flandes, en el otoño de 1585, durante la Guerra de los Ochenta Años, el Tercio de Infantería del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla sacó fuerzas de flaqueza tras el descubrimiento fortuito de una tabla con la imagen de la virgen. "Un frío atroz y repentino congeló las aguas del río Mosa, que impidieron el ataque a los sitiadores holandeses y los soldados españoles revertieron la situación con valor y coraje, imponiéndose al enemigo y convirtiendo la inminente tragedia en una absoluta victoria". Desde entonces, los Tercios de Flandes e Italia se acogieron a la protección de la Inmaculada Concepción, heredada por los soldados de Infantería.