La Autorización Ambiental Integrada (AAI) que la Xunta otorgó a Elnosa en 2011, y se actualizó después para eliminar su fecha de caducidad, es legal pese a incluir en su proceso de producción la obsoleta técnica del mercurio. Así se establece en una reciente sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) que desestima el recurso formulado en 2012, y completado después al actualizarse la AAI original, por la Fundación Océana, una organización ecologista impulsada por Xavier Pastor, uno de los fundadores de Greenpeace España. En su recurso, este colectivo pedía que se anulara el permiso ambiental por incluir "el mercurio en el proceso de producción de cloro" y se decretara el "cese de actividad de la instalación de Lourizán".
Por contra, el TSXG desoye esos argumentos, e incluso impone las costas a Océana (hasta un máximo de 2.500 euros para cada uno de los letrados de la parte demandada), al entender que los límites de emisiones incluidos en la AAI se ajustan a la normativa europea en vigor en el momento de su aprobación, con independencia de las técnicas utilizadas por la empresa. Esta sentencia llega en pleno debate sobre la continuidad de la clorera en Lourizán y sobre su obligación de cambiar de sistema productivo, cambio que sus detractores sitúan como la "oportunidad" para que abandone esos terrenos. De hecho, todos admiten, desde la empresa y los trabajadores, hasta la Xunta, que el mercurio debe desaparecer de ese proceso, como ordenan una directiva europea.
Hace apenas dos meses, la Xunta mostraba su apoyo explícito a que esta empresa continúe trabajando en su actual ubicación gracias a la modificación de la Ley de Costas. En una reunión con el comité de empresa, los conselleiros de Industria, Francisco Conde, y de Infraestructuras, Ethel Vázquez, trasladaron a los trabajadores "la voluntad del gobierno gallego de contribuir a la continuidad de la actividad" en Lourizán. Añadían que, de acuerdo con la directiva europea sobre emisiones industriales, para ello la empresa "debe afrontar la transformación de su actual sistema de producción, abandonando el empleo de celdas de mercurio para implantar la tecnología de membrana".
Según los trabajadores, la empresa estaría dispuesta a llevar a cabo esa inversión, aunque su implantación tardaría unos dos años. Los responsables autonómicos destacaron "la necesidad de que la empresa solicite la ampliación de la Autorización Ambiental Integrada (AAI). Además, también sería "imprescindible" obtener la correspondiente licencia municipal del Concello, una licencia que el gobierno local no parece dispuesto a otorgar.
