Vistiendo los pañuelos amarillos donados por la asociación gallega de enfermedades neuromusculares Asem, numerosos pontevedreses se sumaron ayer a la cadena humana por la inclusión social, una iniciativa en solidaridad con estos pacientes y sus familias.

Asem también instaló en A Peregrina una mesa informativa en la que todos los interesados pudieron recabar datos sobre estas dolencias cuya principal característica es la afectación progresiva del sistema nervioso. En la mayoría de los casos, la evolución de la dolencia les obliga a usar bastones, sillas de ruedas, respiración asistida etc y a depender de otras personas para las tareas cotidianas.

"En Galicia hay alrededor de 5.000 personas que padecen estas enfermedades", precisa Graciela Cortizo, coordinadora de Asem Pontevedra.

Bajo el lema "Hacia el futuro con fuerza" , mañana se celebrará por primera vez el Día Nacional de las Enfermedades Neuromusculares, que busca aumentar el conocimiento sobre estas dolencias de la población en general pero, especialmente, lograr una mayor implicación de los profesionales sanitarios y las administraciones.

Y es que, como recuerda Graciela Cortizo "uno de los grande problemas que sufrimos es el retraso en el diagnóstico, lo normal es que se tarden años en dar un diagnóstico correcto". Ella misma es un buen ejemplo: fue desahuciada y medicada para otras dolencias durante años, lo que empeoró su salud, obligándola a usar silla de ruedas, y retrasó un tratamiento rehabilitador vital para mantener su calidad de vida.

También se busca con estas actividades la integración de los afectados y sus familias en distintos ámbitos como enseñanza, formación profesional, laboral, social y ocio. Así, la cadena humana expresó simbólicamente que "la solidaridad, la amistad y el respeto a la diversidad son más fuertes que los prejuicios y las barreras sociales".