Cocina y gastronomía, servicios de restauración, panadería, repostería y confitería, guía, información y asistencia turística, gestión de alojamientos, cocina? En sus diversos ciclos medios y superiores el CIFP forma a buena parte de la cantera de la hostelería de la provincia, profesionales "cada vez más valorados", se felicita merecidamente el director del centro, "y cada vez con una mejor formación".
-Elogia el nivel de la hostelería pontevedresa?
-Es que es muy bueno, con grandes profesionales, y a ello también han contribuido, estamos convencidos, nuestros alumnos. Pontevedra es una ciudad turística, con un tradición de turismo importante, y el mayor valor que tiene es la gastronomía, nuestros productos del mar, de la huerta, todo ello es de lo mejor, es verdad que poco hay que hacer con ellos para mejorarlos pero también que la mano del hombre hace que esos productos se transformen y solo hay que ver que cada vez el nivel de la hostelería pontevedresa es mejor y sus propuestas de mayor valor. E, insisto, en los últimos años también se percibe el trabajo de nuestros alumnos y en general de profesionales cada vez más formados.
-¿Es un sector maltratado laboralmente?
-Hay que pensar que la hostelería ha sido un sector que ha sido muy castigado durante muchos años, y el de camarero un oficio poco valorado, presta un servicio que efectivamente fue siempre muy poco valorado, tanto a nivel social como a nivel de las empresas, porque es un camarero, el que hace el servicio, el que echa muchas horas en el local, el que tiene que hacer un esfuerzo extraordinario tanto físico como de presión mental. Estamos intentando, entre todos, aunque vayamos a pasos lentos, poner en valor estas profesiones, estos oficios para que realmente sean valorados y consolidados por la sociedad y valorados acorde al nivel del trabajo que están desarrollando.
-Lo que si ha dado un giro es la percepción social de cocinero, hoy tan de moda
-Es una moda pero que llega para quedarse ¿Qué sucede? Que antes las cocinas estaban en las cuevas de los restaurantes, en los sótanos, ahora no solo subieron a la sala sino que son los protagonistas, las estrellas del restaurante son los cocineros, que de algún modo mal entendido eclipsaron el trabajo del camarero.
-¿Hay que poner en valor el servicio de mesa y los barman?
-Si, hay que recordar que es un trabajo de equipo, un trabajo conjunto entre cocina y sala, son un equipo y como tal deben ser considerados. Tampoco está valorada la figura del barman, y es por las mismas razones, porque al bar acude todo tipo de clientela y, bueno, el barman no solo atiende una barra sino que ejerce muchas veces de psicólogo y confidente, tiene que escuchar de todo, pero también muchas veces que soportar y aguantar.
-¿Hay un secreto para el éxito de un restaurante que predomine o han de ser muchos factores combinados y sumados al tiempo?
-Muchos, son muchos factores los que influyen, pero hay que recordar que no solo influye el local ni la decoración, por muy cuidados que estén, sino que la clave del éxito de un restaurante son las personas, la pasión que esos profesionales tengan por la gastronomía, la pasión que tengan por los productos y por poner su profesión en valor, la pasión es la clave del éxito de un restaurante, por mucho que se apunte en ocasiones a otros factores.
-Sus alumnos acaban de participar por segundo año en el almuerzo de entrega de los Premios Princesa de Asturias?
-De cero a diez puntuaría la experiencia con un 99 (risas) los alumnos están muy contentos y lo cierto es que hicieron una labor extraordinaria, todos los conocimientos que se les transmitieron en la escuela los pusieron allí en evidencia y fueron felicitados tanto por la cadena hotelera como por la fundación de los premios y por el propio conselleiro de Educación, que estaba orgullosísimo de que una escuela gallega estuviese en un evento de este nivel.
