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Sonia Bouzo: "La aproximación de un caballo a ti es como la de la persona autista: sincera"

La educadora social imparte desde ayer en la UNED de Pontevedra un curso sobre hipoterapia aplicada a colectivos especiales

Sonia Bouzo, ayer en Pontevedra. // Gustavo Santos

La utilización de caballos en la búsqueda del bienestar de las personas con discapacidades o necesidades especiales es el objetivo de la hipoterapia. Sobre ello sabe mucho la educadora Sonia Bouzo, que desde ayer imparte en la sede de la Universidad a Distancia, UNED, en Pontevedra el curso teórico "Beneficios de la Hipoterapia y la Equitación Terapéutica con personas afectadas de autismo".

-¿Qué tipo de formación hay que tener para trabajar en hipoterapia?

-En mi caso, soy educadora social, pero a mayores hice Psicopedagogía para poder hacer el doctorado y presentar una tesis que, por fortuna, me llevó por el camino de la hipoterapia. Realmente, la técnica general se llama equinoterapia. La hipoterapia es un paso. El paso más avanzado sería la equitación adaptada para personas dependientes.

-¿Cuáles son sus beneficios?

-Los beneficios se dan a todos los niveles. Es una terapia integral que trabaja en conjunto. Nosotros hicimos el estudio en un centro ecuestre de Ourense con cinco niños autistas. Tiene beneficios físicos, psíquicos y sociales. En todo momento estás trabajando el ejercicio físico, por lo que ya en dos sesiones se nota tono muscular. A nivel psicológico, en cuanto la persona se baja del caballo ya parece otra porque ha conseguido superar un reto. Y, por último, a nivel social, mejora las relaciones con otras personas y con los animales, porque montar a caballo no es lo mismo que montarse en un vehículo a motor. Es una terapia integral.

-¿También en el lenguaje?

-También, porque puedes trabajar el vocabulario, porque están relajados y se prestan más. Al estar en un centro ecuestre suelen llegar de visita con los colegios, pero también con sus familias. Nos gusta que los familiares estén al tanto de lo que hacemos y logramos.

-¿En qué tipo de recinto se lleva a cabo esta terapia?

-Tanto en espacios cerrados como en el exterior. Algunas personas autistas tienen problemas con los ruidos, por lo que solemos empezar en área o picadero cerrado. Lo que nos importa es que lleguen a un alto nivel de relajación, que es cuando puedes trabajar con ellas.

-¿Cuál es la primera reacción? ¿De miedo?

-No. En nuestro caso, aunque ninguno de los cinco niños había montado a caballo con anterioridad, sí habían tenido terapia con burros. Solo uno de los cinco tenía fobia a los animales en general, pero conseguimos que se montase ya en la primera sesión.

-¿No hubo ningún problema con el grupo?

-Quizá resultó más problemático que aceptasen el caso de seguridad, pero como podría haber ocurrido en otra actividad cualquiera, ya que les da sensación de agobio.

-¿A partir de que sesión se nota mejoría?

-En la segunda clase ya vimos mejoras en el patrón motor, en la forma de caminar, ya que por su falta de sociabilidad tienden a hacerlo de un modo más encorvado, menos social.

-¿Y en otros niveles?

-A nivel cognitivo, de lenguaje no verbal, a las cuatro o cinco sesiones, cuando ya te buscan para que los felicites porque lo están haciendo bien. En un mes ya teníamos muy buenos resultados a nivel genérico.

-¿Por qué el caballo y no otro animal?

-El caballo no habla, pero tiene un lenguaje no verbal, a través de las orejas, sus gestos, su cuerpo... similar al de los niños autistas. Tienen un punto de comunicación muy común. El caballo es más independiente que un perro o un gato. La aproximación de un caballo a ti es como la de los autistas: sincera.

-¿Esos caballos son conscientes de que son montados por personas con autismo?

-Sí. Yo también los montaba y no me respondían del mismo modo que lo hacían con una persona autista encima. Había una yegua en concreto que se defendía de los otros caballos en una clase ordinaria, era problemática, sin embargo, con estos niños no parecía la misma, era muy tranquila. Pero no son caballos cualquiera. Son caballos con cierta edad.

-¿La hipoterapia también se puede aplicar a otro tipo de colectivos?

-Sí, claro. Nosotros recibimos visitas de parapléjicos en las que hubo momentos emocionantes en los que lloraban porque nunca habían sentido movilidad en sus caderas. También trabajamos con personas con parálisis cerebral, con esclerosis múltiple...

-¿Cuántos profesionales hacen falta para poner en marcha una terapia como esta?

-En nuestro equipo éramos muchos porque para trabajar con personas dependientes hacen falta varias personas. Estaba yo como psicopedagoga, dos monitoras de equitación especialistas en hipoterapia y dos fisioterapeutas. Todas las manos son pocas.

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