El proyecto para crear un parque forestal en la sierra de A Fracha obligará a las comunidades de montes con terrenos en esa zona (Tomeza, Marcón y Canicouva) a acordar cesiones de uso a favor del Concello de unas 300 hectáreas en conjunto, según se pone de manifiesto en las reuniones que protagoniza el concejal Demetrio Gómez con los comuneros de esas tres parroquias. El pasado lunes se celebró con Tomeza y ayer fue el turno de Canicouva, mientras que esta tarde será en Marcón.

Este parque forestal se diseña vinculado a la planta de compostaje prevista por el gobierno local en Canicouva, cuyos comuneros ya han aprobado la entrega para eso uso de al menos diez hectáreas. Fue en julio cuando este colectivo confirmó su oferta. A la espera de convocar el concurso relativo a esta planta, ayer fue el turno de exponer a los comuneros el proyecto municipal de parque de A Fracha, si bien cualquier acuerdo vecinal al respecto debe ser sometido a las respectivas asambleas.

El diseño municipal abarca unas 300 hectáreas como máximo con la intención de habilitar rutas de senderismo y bicicleta, miradores, puntos de avistamiento de aves, espacios de descanso y otras instalaciones, así como la plantación de especies autóctonas. Además, uno de sus objetivos es disponer de restos de podas y material vegetal en abundancia que se pueda utilizar en la creación del compost, al mezclarse con la basura orgánica.

Al margen de la cesión de uso de los terrenos, otro de los puntos que se deben resolver es el relativo a los accesos al futuro parque forestal ya que en la actualidad la principal vía de llegada en coche a la Fracha es desde el polígono industrial de O Campiño, por la parroquia de Marcón. En Tomeza y Canicouva los accesos son más dificultosos. Este problema se reproduce en el caso de la planta de compostaje, cuya licitación podría estar lista incluso este año 2015 pese a que aún no se ha acordado de forma oficial la adjudicación de los terrenos en Canicouva. La cesión del terreno es por un mínimo de 30 años, prorrogables por 45 años más, hasta sumar 75 años. Ya en su día se elaboró un borrador de contrato, que ahora se recuperará, en el que se establecía que si el centro no llegase a construirse o dejase de funcionar durante al menos seis meses, los comuneros recuperarán los terrenos "en condiciones semejantes" a las actuales.