No llovió más que en agosto de 2014, pero sí de forma más continuada, lo que ha convertido al mes que acaba de concluir en uno de los más atípicos de los últimos años. Al menos en la mitad de sus días se registraron precipitaciones en las estaciones de Meteogalicia de Lourizán y Campolongo (que se estrenó poco antes del verano) y en todo el mes se registraron más de sesenta litros por metro cuadrado, algo menos de los 67 de hace un año, pero aún así ha sido el cuarto peor agosto de la década. En 2011 se registraron 134 litros y otros 91 en agosto de 2006. En el otro lado de la moneda se sitúan agostos como en del 2013, con apenas 11 litros, o 2009, con doce.
La principal característica de este pasado mes ha sido la constancia de las precipitaciones, al menos en la ría de Pontevedra y su entorno. A lo largo de quince jornadas hubo alguna cantidad de lluvia, frente a los siete días con chubascos de hace un año. Lo peor se produjo el 13 de agosto, con 15 litros, pero cuando no llovía el cielo cubierto tampoco suponía el mejor escenario para los turistas. Aún así, el sector hostelero ha presentado unas cifras de ocupación excelentes, después de años de crisis y la climatología no ha hecho especial mella en sus facturaciones. Eso sí, los hosteleros admiten que sin la lluvia de todo el mes, las cifras hubieran sido incluso mejores.
Reservas de agua
En el otro lado de la moneda de estas precipitaciones se sitúa la mejoría de las reservas hídricas que alejan el fantasma de la sequía, que llegó a azotar con fuerza a la provincia, en especial en la zona del Deza. De hecho, este mes de agosto se produjo un fenómeno poco habitual, y es que no ha sido necesario hasta ahora acudir al agua almacenada en el embalse del Pontillón para abastecer a la población de la ría, y eso que en agosto se multiplica de forma absoluta. El río Lérez presentó un excelente nivel gracias a los 60 litros caídos en Pontevedra y en su cuenca y superó los malos datos que se registraban a mediados de julio. Y es que el comportamiento de la lluvia entre ese mes y el de agosto fue muy diferente. En julio apenas cayeron 32 litros, especialmente en las últimas jornadas, pese a que fue el día 2 el más lluvioso, con ocho litros. En total, hubo 21 días sin precipitación alguna. Y además ya se venía de un mes de junio con apenas 12 litros, lo que convertía a este verano en el más seco de la década hasta entonces, una tenencia que se rompió en agosto.
Pero sí los 60 litros de Pontevedra convierten a este mes de 2015 en el cuarto con más lluvia de la década, en otras estaciones de Meteogalicia de la comarca las cifras son bastante más altas que en la capital. Así, en Poio (cuyas mediciones se realizan en el Monte Castrove), se contabilizaron 123 litros por metro cuadrado y 104 en Caldas. Por su parte en Cotobade se llegó a los 105 litros y a 81 en Ponte Caldelas, lo que pone de manifiesto que el interior superó a la costa en este fenómeno. Esto explica que el caudal del Lérez se mantenga en niveles inusuales a estas alturas del año, gracias al agua acumulada en su cuenca, desde Forcarei hasta su llegada a Pontevedra. En Sanxenxo, la acumulación provisional de precipitaciones fue de 47 litros.
