Medio centenar de niños de la Ludoteca Municipal de Ponte Caldelas celebraron el Halloween con una fiesta de zombies y una merienda especial en la que abundaron los postres con decoración "sanguinolenta" a base de mermelada de fresa y otros componentes rojizos. Las monitoras del centro prepararon diversos escenarios compuestos por el laboratorio del doctor Frankenstein, un cementerio, una sala de fantasmas y otros decorados propios de las películas de terror. Con luces tenues, los niños de la ludoteca iban entrando por grupos en las diferentes zonas donde podían escuchar las historias de miedo que les contaban las educadoras hasta ser interrumpidas por la irrupción de un zombie que con enormes gritos y alaridos perseguía a los niños por todo el recinto.

Los niños de la ludoteca también se divirtieron con diferentes juegos populares adaptados para la ocasión, bailes y todo tipo de entretenimientos preparados por las monitoras del centro. La jornada concluyó con una merienda con postres donde abundaron los decorados tenebrosos y el color rojo de las mermeladas de fresa y otro condimentos que daban la sensación de que estaban comiendo dulces "sanguinolentos".

Vilaboa

Por su parte, la Casa dos Druidas de Vilaboa, fiel a su tradición, celebró su ya emblemática Noite dos Calacús, cuyo objetivo es premiar los mejores ejemplares. A diferencia de ediciones anteriores, hubo tres modalidades: el calacú más grande, el más elaborado y el más popular. Un vecino de Marín se hizo con el premio a la calabaza de mayor tamaño, mientras que el que requirió más trabajo fue el calacú vikingo, obtenido por un "artista" de Arcade. El más popular recayó en otro ejemplar llegado de Marín. Todos ellos se repartieron premios en metálico entre los 50 y los 150 euros.