José Francisco P. F., secretario e impulsor de APEK (Asociación Pontevedresa de Estudios sobre el Cannabis, el primer y único hasta ahora club cannábico que funcionó en Pontevedra) se sentó ayer en el banquillo del juzgado de lo Penal 1 acusado por el fiscal de un delito de tráfico de drogas que no causa grave daño a la salud por el que solicita una condena de 4 años de prisión.

Mientras que la Fiscalía cree que dicha entidad acabó convirtiéndose en una mera tapadera que utilizaba el acusado para vender marihuana de su propia cosecha a los más de 160 socios del club dotándose así de una apariencia legal, el acusado aseguró ayer en el juicio que nunca tuvieron "ánimo de lucro". La Policía Local y Nacional encontraron en la sede de este colectivo un total de 145 plantas de marihuana.

Después de declararse no culpable, Juan Francisco P. F. alegó que toda la marihuana que se dispensó a los socios tenía una finalidad "terapéutica" y que a él mismo esta droga le permitió mejorar de la artrosis que padece. En este sentido, varios socios acudieron al juicio celebrado ayer en Pontevedra para manifestar la mejoría que habían sufrido de diversas dolencias gracias al consumo de esta sustancia.

El acusado reconoció que en el local que tenían alquilado en la calle de San Nicolás se realizó una plantación pero que fue con el objetivo de que los socios no tuvieran que recurrir a comprar la droga en el mercado negro. Afirma que la plantación se realizaba en función de las previsiones de consumo de los afiliados al club (al que él llegó a dedicarse al 100% de su tiempo, manifestó) y que la actividad se sostenía exclusivamente gracias a las aportaciones y cuotas de los abonados. La ausencia de una perito obligó a aplazar la vista hasta junio.

La Fiscalía también solicita la clausura del club cannábico y que el acusado quede inhabilitado para llevar cualquier actividad asociativa aunque sea lícita.