Cuando a las doce de la noche del jueves tenía prevista su salida la procesión del Santo Encuentro, con un largo itinerario por las principales calles del centro urbano, la lluvia había dado un respiro a la jornada festiva, por lo que las cofradías marinenses se decidieron a salir, aunque con un recorrido más breve en previsión de algún aguacero inesperado. Así, salió del templo de Santa María del Puerto la imagen del Nazareno y la Virgen de los Dolores, con un breve desfile en torno a la iglesia.

El Santo Encuentro se celebró finalmente en el interior de la iglesia parroquial, tras una breve procesión del Nazareno y una frustrada salida de la Virgen. La previsión inicial era hacer un recorrido por las principales calles de la villa para confluir en la Plaza de España con el encuentro de ambas imágenes.

El mal tiempo de los pasados días dio una tregua en la mañana del Viernes Santo. Pudo partir así la Procesión de la Cruz, aunque también con un recorrido más corto en previsión de lluvia. De hecho cayeron unas gotas durante el desfile, que no impidió que se celebra finalmente, aunque también con apurado recorrido entre el templo viejo y el nuevo.

El mal tiempo también condicionó la celebración del Santo Entierro en la noche del Viernes Santo. Las cofradías desistieron también en este caso de realizar el itinerario previsto inicialmente, para desfilar por las inmediaciones del templo e ingresar rápidamente en la iglesia en caso de lluvia, como así sucedió. Al poco de abandonar el templo la imagen de la Virgen de los Dolores, volvió la lluvia a Marín, por lo que los cofrades decidieron regresar al interior de la iglesia, al tiempo que también apuraba su vuelta la comitiva del Cristo.

Pese a verse deslucidas por el mal tiempo, las procesiones de Marín se celebraron finalmente en todos los casos.