Una avería en la Estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) de Ponte Caldelas (Pontevedra), a consecuencia de "una pieza que se rompió por desgaste, fue la causa del vertido contaminante que afectó al río Verdugo". Así lo aseguró ayer el alcalde del municipio, Perfecto Rodríguez, después de que se hubiesen barajado diversas posibilidades. La mortandad de peces se debió a la alteración del ph del agua, por la liberación de producto "coagulante" utilizado en la propia EDAR, apuntó.

El regidor local explicó que el coagulante es un producto utilizado en los procesos de depuración y potabilización. Se trata de una sustancia que "al ir de golpe, causó la mortandad de peces", concretó el edil. Rodríguez detalló todo esto después de ponerse en contacto con los técnicos de Augas de Galicia y de visitar la zona afectada acompañado del delegado territorial de la Xunta, José Manuel Cores Tourís, y de operarios municipales.

Sin embargo, a pesar de estas primeras informaciones que orientan la naturaleza y causa del vertido, el regidor también sostuvo que es necesario esperar. Se refiere a los resultados de las pruebas realizadas por los técnicos de la Consellería de Medio Ambiente para así conocer "con exactitud" las características del producto y tener informaciones más concretas sobre la contaminación.

Las hipótesis que se barajaban en un principio eran dos. Por un lado que la derrama procediese de alguna arqueta del saneamiento municipal tras verterse en ella un producto químico que derivó a las aguas del río al no poder ser depurado por la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR). Por otro, un fallo de esta última. Esta segunda opción apuntaba, como al parecer sí ocurrió, a que el vertido tendría que ver con los productos químicos empleados en el proceso y que son dosificados automáticamente por un ordenador.

La gran mancha blanca y la elevada mortandad de los peces aparecidas en las zonas afectadas por la derrama, que se habría originado en el entorno de la estación depuradora de aguas residuales ubicada en el municipio de Ponte Caldelas, continuaba creciendo ayer. El vertido quedó controlado ayer por la tarde.

Desde el domingo día 16, momento en el que se dio la primera voz de alarma, la contaminación se ha extendido a numerosos puntos del río. En un principio se habló de una mancha de unos 20 metros. Pero el lunes los técnicos de Medio Ambiente ya apuntaban a unos 10 kilómetros afectados, llegando a contaminar el río en su paso por Soutomaior y en su propia desembocadura, en Pontesampaio.

Por otra parte, el concejal de Infraestructuras del Ayuntamiento de Pontevedra, César Mosquera, reiteró ayer la recomendación lanzada el pasado lunes por el gobierno local. Ésta aconseja a vecinos y visitantes no usar la playa fluvial de Pontesampaio, algo que se mantendrá "ata próximo aviso". Según el edil, la zona se encuentra llena de paneles informativos para los bañistas, en los que instan a evitar el baño en las aguas del Verdugo con motivo de dicho vertido.