Todas las partes se declaran dispuestas a mantener abierto el diálogo, pero a día de hoy, son más las razones que apuntan a que el lunes comenzará una huelga de basuras a que se pueda desconvocar antes de esa fecha. Este pesimismo fue admitido ayer por fuentes municipales después de que el concejal Raimundo González Carballo mantuviera ayer contactos con la cúpula de Cespa, concesionaria del servicio, y con el comité de empresa. El concello se encomienda, por el momento, a la mediación que pueda ejercer hoy el SMAC con respecto al despido de un trabajador (principal argumento de la plantilla para convocar la huelga) y la ya solicitada a la Axencia Galega de Arbitraxe para aclarar el conflicto del convenio colectivo.

Tras la reunión ayer con los directivos de Cespa, González Carballo apuntó que la empresa acepta negociar “pero siempre dentro de los criterios de autoorganización”, lo que limita las posibilidades de que el empleado despedido (por un caso de “negligencia”) pueda ser readmitido, principal demanda del personal.

Alfonso Clemente, delegado de Cespa para Galicia y Asturias, reprochó ayer a la plantilla las razones “poco consistentes” que esgrimen para convocar la huelga. “Se dice que el convenio pactado en agosto no está firmado, pero eso no es más que un acto protocolario, porque ese convenio se acordó y se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia en noviembre de 2008 y se está aplicando, por lo que no cabe renegociarlo ya que no admitimos que se diga que no hay convenio”. “Ya hemos mantenido seis reuniones y estamos dispuestos a dialogar y ser más flexibles” en el caso de dos trabajadores que no pueden cumplir el descanso de 12 horas entre una jornada laboral y otra, explicó Clemente.

En cuando al despido, “se trata de un tema meramente disciplinario por negligencia y cuando haya una sentencia (bien del SMAC o del juzgado) la acataremos, siempre que no haya huelga”, apuntó el directivo, que también se quejó de que la plantilla “pasa de una nota de prensa a una huelga indefinida, sin término medio, cuando hay muchas otras herramientas”. “El tema de la basura es muy sensible y existe demasiada presión” al respecto, algo en lo que coincide el propio González Carballo, que apuesta por revisar la ley de huelga para casos que afecten a servicios públicos básicos.

En todo caso, a expensas de la fecha que fije la Axencia Galega de Arbitraxe, no está prevista ninguna reunión entre las dos partes en conflicto antes de la asamblea que esta tarde tiene fijada la plantilla.

Alfonso Clemente calificó de “normales” las relaciones entre la empresa y sus trabajadores, unas relaciones que para el concello “dejan mucho que desear”. “Este sector es muy complejo y siempre hay diferencias, que se agravan si se llevan al terreno personal”.

Fijados los servicios mínimos

Pese al pesimismo del gobierno local, González Carballo apuntó ayer que “no nos damos por vencidos y esperamos todavía que no haya huelga”, aunque apenas se dispone de tres días, sábado y domingo incluidos para alcanzar un acuerdo. Aún así, la empresa ya ha elaborado su propuesta de servicios mínimos, analizada por el concello, unos servicios mínimos que rara vez se cumplen en su integridad. Al respecto, el concejal apuntó que “si no se cumplen se adoptarían las medidas oportunas” al entender que una huelga de este tipo “afecta a la universalidad de los ciudadanos y puede degenerar en problemas de salubridad pública”.

En toda caso, aún hay cierto margen para la negociación, margen al que se aferra el gobierno local que ayer emplazó a la empresa a flexibilizar sus posturas. No obstante, Cespa no está dispuesta a sobrepasar ciertos límites en esta suavización. De hecho, Alfonso Clemente dejó claro que el convenio ya se negoció y pactó en agosto pasado y no cabe renegociación, y tampoco aclaró si se aceptaría readmitir al trabajador despedido. “Si no hay huelga, acataremos lo que diga el juez o el SMAC, sin recurrirlo”, pero no parecen dispuestos, en cambio, a aceptar la readmisión de esta persona, algo que sí había ocurrido hace unos cuarto años, cuando se anuló el despido de otro trabajador tras varios días de huelga. Desde el concello se cree que aquel asunto se cerró en falso y el conflicto actual es una consecuencia de ello.