La mano del hombre, a lo largo de los años, en la Illa das Esculturas no sólo se advierte en las "urbanizaciones" efectuadas en el terreno, sino también en la flora, en la que ha desaparecido buena parte de la vegetación de ribera y existen diversas especies invasivas, y en la fauna, como especies introducidas artificialmente. Pero, pese a ello, la riqueza animal y vegetal de este pequeño rincón del río resulta asombrosa. Aunque el árbol dominante es el eucalipto, el estudio de Isabel Aguirre señala la existencia de alisos, fresnos, pinos, castaños, arces, acacias, abetos, sauces, robles, abedules, magnolios... además de algunas áreas con juncos originales de ribera. No obstante, se reconoce que en algunos casos, estas presencias son "testimoniales".

Pero la relación de especies animales detectadas resulta aún más llamativa. Así, se describe la existencia de 67 especies de aves, entre ellas el azor, el gavilán, halcones, mochuelos, pájaro carpintero, patos y cisnes, somormujos, cormoranes y garzas.

Salmones, anguilas y truchas pueblan las aguas circundantes, mientras que entre los anfibios y reptiles se han localizado 20 especies como salamandras, sapos y ranas diversos lagartos y lagartijas y un amplio muestrario de serpientes como las culebras ratonera, de collar y de agua y la víbora de seoane.

La nómina de mamíferos resulta igualmente, o incluso más llamativa, con 26 especies, que incluyen erizos, topos, ratones, murciélagos, conejos, y animales más escasos y huidizos como el zorro, el armiño, la donicela, el turón, la garduña, el tejón, la jineta e incluso la nutria. Se trata de un pequeño zoológico oculto, de gran rareza en una zona tan alterada por el hombre, tan próxima a la ciudad y con una notable actividad en las inmediaciones, como el campus universitario y la avenida de Compostela.

El estudio subraya que "así como las aves podrían ser fácilmente detectables, en la parcela de implantación de los vertebrados no es tan fácil dado que se trata de una isla de pequeñas dimensiones, lo que dificulta la implantación de hábitats de este tipo de vertebrados, aunque todos ellos habitan en la zona de la ría de Pontevedra".

Con respecto a la flora, el documento destaca que "parte de la isla mantiene zonas de vegetación de borde de río de una gran calidad, pese a que en algunos puntos la orilla está muy deteriorada, al ser arrastrada por la corriente del río, por lo que se propone combatir esa erosión con la colocación "de un sistema combinado de troncos de madera hincados, y biorrollos que permitan el aporte y retención de las tierras, que con la posterior plantación de diversas especies, se logre su regeneración natural".