D.N.P. será juzgado el miércoles y el jueves por la Audiencia Provincial de Ourense como presunto autor de los delitos de apropiación indebida, falsedad documental y estafa. Era apoderado de una entidad bancaria de O Barco de Valdeorras y, supuestamente, hizo operaciones fraudulentas en su propio beneficio. El desfalco detectado por el banco fue de 448.000 euros. La Fiscalía solicita que el sospechoso sea condenado a un total de 8 años y medio de prisión y al pago de una multa. Además, quiere que devuelva a la entidad la cantidad defraudada.

El acusado empezó a trabajar en el banco en junio de 2006 y fue nombrado apoderado en el mes de abril del año siguiente. Ejercía sus funciones profesionales en una oficina de O Barco de Valdeorras, una sucursal pequeña con pocos empleados (el director y el apoderado principalmente), de modo que "tenía un conocimiento completo de toda la operativa del banco, así como del contenido de las cuentas de los clientes de la entidad", según relata la Fiscalía.

De acuerdo a la versión de la acusación pública, "aprovechando dicho conocimiento, y actuando con intención de obtener un beneficio patrimonial ilícito, entre enero de 2008, y febrero de 2010, realizó una multitud de operaciones fraudulentas para enriquecerse".

El fiscal clasifica el modus operandi del encausado en dos bloques. Por un lado, presuntamente, "era conocedor de la posibilidad de pedir cesión de efectivo a otras entidades, práctica habitual entre las entidades de crédito, de manera que en múltiples ocasiones, cumplimentó los formularios, total o parcialmente, y solicitaba el efectivo a las distintas entidades que había en la localidad, y una vez que recibía el dinero, en lugar de incorporarlo al banco, se lo quedaba en su poder". Con este procedimiento se habría apropiado de 379.062,15 euros, según el fiscal.

Por otra parte, hasta llegar al importe restante ,"realizaba retiradas de efectivo de las cuentas corrientes de los clientes del banco, sin el consentimiento de estos, llegando incluso a simular la firma de los mismos para dar apariencia de autenticidad a su actuación, y acompañando muchas veces fotocopias del DNI, o realizaba ordenes de reembolso de participaciones de fondos de inversión de los clientes, también sin la autorización de estos".

La entidad reintegró a todos los clientes las cantidades que les fueron defraudadas, y además abonó un total de 4137,44 euros a la Agencia Tributaria por una deuda de una mercantil del acusado.