El arquitecto de la basílica, Manuel Seoane Feijóo, resaltó que "Ourense tiene una de las mejores catedrales románicas de Europa", durante la 38º "Olladas na rúa" realizada por el Colegio de Arquitectos de Galicia, en la que el obispo, Leonardo Lemos, actuó como anfitrión. Reconoció que ha quedado "un poco ensombrecida" por la catedral de Santiago, que es "la obra cumbre del románico". Y agrega: "Si no existiera la de Santiago, esta sería una de las mayores referencias del románico en el viejo continente".
La parte románica, corresponde a todo el crucero interior. "Va desde el ábside, hasta el Pórtico de la Gloria y los dos laterales del crucero, con las fachadas: la fachada de la Praza do Trigo, que es estupenda, y la fachada norte, recién restaurada, a la que califica como "muy buena". A esto suma "las esculturas del alero de arriba, que son de primer orden", realizadas por artistas que venían de trabajar en Santiago, con el Mestre Mateo.
La catedral permaneció en obras desde el siglo XII hasta el XX. Los siglos más activos fueron el XII y el XIII, además de los últimos años del XV y los primeros del XVI, en los que se desarrolló mucho trabajo. "Se reformó la fachada principal, se estaban haciendo la torre del reloj, el cimborrio, la capilla de San Juan y la torre de San Martiño".
Debido a la vorágine de obras realizadas a lo largo de los siglos, se cometieron algunos errores, como aplicar hormigón sobre todas las bóvedas de la catedral, para que no cayeran. "En su momento se hizo eso para que no cayeran, y seguramente no cayeron gracias a esa actuación, pero hoy hay otros sistemas que son más eficaces y la catedral estaría mejor sin ese hormigón". Desde el punto de vista estético no perjudica, porque el hormigón está por encima de las bóvedas. "Hay que entrar arriba bajo cubierta, sino no se ve", revela. Tiene un efecto negativo, porque "el cemento no se lleva bien con la piedra, porque impide que transpire". Los rejuntados que se realizan en la actualidad, se hacen con cal, por esa razón.
De todas formas, no considera esta actuación como prioritaria, dado que la catedral tiene otras urgencias, como la rehabilitación de la sacristía mayor, que "está un poco desmejorada", y el cimborrio, que es una piedra muy singular, relativamente blanda, que se está degradando bastante. Este problema se puede corregir, mediante la aplicación de sílice, que ayuda a su consolidación.
La construcción de la catedral se inició a mediados del siglo XII, en el año 1135, con la configuración que tiene actualmente: una planta de cruz latina, con tres naves, que en aquel momento terminaba en tres ábsides y luego se sustituyeron por la girola.
La construcción de la catedral de Ourense tuvo tres etapas, con tres obispos diferentes. Construyeron rápidamente los ábsides y la consagraron en 1188. El obispo Don Lorenzo le dio un impulso muy grande: terminó el edificio general de la catedral, hasta el Pórtico de la Gloria. También hizo la Torre de las Campanas.
Una de las modificaciones más afortunadas que se hicieron, fue la construcción del cimborrio, que "le ha dado una luz a la zona del crucero muy importante". El deambulatorio, también ha sido "un acierto". En cambio, "no ha sido tan acertada, la colocación de la Capilla das Neves, que ha tapado un ventanal gótico flamígero de la Capilla de San Juan". Descartaría la Torre del Reloj, que "metieron a calzador en la fachada sur, por lo que interrumpe un trozo de la fachada románica original".
