"No hay un día en que no se produzca el atropello de un animal", asegura el teniente Juan Carlos Nogueiras, del destacamento en Verín de la Guardia Civil de Tráfico. La dispersión y abandono del rural, el hecho de que las carreteras orillen el monte y la pérdida del hábitat afectan, según los expertos, a la proliferación de los siniestros causados por animales salvajes o domésticos sueltos. Entre el 1 de enero y el 4 de diciembre de este año se registraron 897 accidentes de este tipo, a una media de casi 3 casos diarios y más de 80 cada mes.
De las 897 colisiones con animales que se habían contabilizado hasta el lunes 4 de diciembre, la mayoría se produjeron por la irrupción en el asfalto de jabalíes, una especie que puede recorrer en un solo día entre 80 y 90 kilómetros. Van 548 sucesos, el 61 %, a distancia de los 391 choques causados por estos ejemplares en 2014. Hubo 514 en el año 2015. Un total de 220 accidentes causados por animales en lo que va de año -el 24,5 %- se desencadenaron por la entrada en la calzada de un corzo. Fueron 301 casos en todo el año 2016, 264 en 2015 y 183 en 2014.
Un problema vial en aumento
El pasado fue el primer año en que los accidentes por culpa de animales superaron la barrera de los 1.000 casos en la provincia de Ourense. En 2016 hubo 1.135 incidentes en la provincia de Ourense, hasta llegar al 60% del total de accidentes de tráfico. El aumento es continuo en los últimos años, lo que da la medida de uno de los principales problemas para la seguridad vial en varias comunidades, pero especialmente en territorios dispersos donde el medio rural se despuebla, como las provincias de Lugo y Ourense. En 2011 se registraron 593 accidentes con animales sobre un total de 1.561 siniestros de todo tipo (38 %). En 2012 la cifra subió a 672 de 1.593 (42 %). En 2013 hubo un nuevo aumento hasta los 761 casos sobre un total de 1.631 accidentes (47 %). Cayó la cifra al año siguiente, con 728 siniestros causados por la irrupción de animales sobre un total de 1.875 (39 %). En 2015 se produjo una subida notable, hasta los 928 casos entre 1.977 incidentes (47 %).
Los siniestros con animales se disparan entre octubre y diciembre, desde que cae el número de horas de luz y empeoran las condiciones de visibilidad. "Las franjas en las que se producen más accidentes son la posterior a la puesta del sol y la anterior a que empiece a amanecer", indica el teniente Nogueiras.
"Los casos siguen subiendo un poco todos los años, porque también cada vez se dan más partes a las compañías al estar este riesgo cubierto en la mayoría de pólizas de seguro, algo que recomendamos visto el panorama del rural", señala el responsable de la Jefatura Provincial de Tráfico, David Llorente.
Además de la responsabilidad patrimonial que se le puede exigir a la administración por desatención en su deber de cuidado de la carretera, por falta de vallado en vías de alta capacidad o de señalización (la P-24 advierte del riesgo de animales en libertad en un tramo determinado), la ley estipula que, en caso de un siniestro ocasionado por el atropello de especies cinegéticas, será responsable de los daños a personas o bienes el conductor. Es aconsejable avisar a la Guardia Civil de Tráfico si el incidente se produce en zona interurbana, o a la Policía Local, si ocurre en una localidad, para que el atestado sirva como argumento ante la aseguradora. Tampoco está de más documentar la colisión con una fotografía, aunque esté hecha con el móvil. No es imprescindible que el animal esté muerto. Algunas pólizas solo cubren los impactos contra los animales salvajes, mientras que otras, dentro de esta categoría, lo restringen todavía más a especies cinegéticas.
En todo caso, el número de las pólizas con cobertura ha crecido desde que con la aprobación de la Ley 6/14, la responsabilidad ya no recae fundamentalmente sobre el titular del coto de caza, salvo que el origen del siniestro sea una irrupción del animal en la calzada por acción de la actividad cinegética.
¿Existe la manera de evitar estos accidentes, que siguen al alza? Los registros de Tráfico constatan siniestros de este tipo en vías principales. Las comarcales y locales se cuentan por miles de kilómetros de asfalto. Según los datos del año 2016, se registraron sucesos en la autovía A-52 a la altura de Verín, Cualedro y Ribadavia; en la AG-53 en los municipios de Cea y Piñor, así como en las carreteras nacionales N-540 y N-541, en municipios como A Peroxa y Beariz. El vallado, obligatorio en las vías de alta capacidad y que se ha reforzado en algunas zonas enterrando el cerco con un cable tensor para que los animales no accedan valiéndose de su hocico, no evita este tipo de incidentes. La fauna puede entrar por los carriles de incorporación de los vehículos. Las batidas y monterías de jabalí, pese a que en una temporada de caza se cuentan por varios miles sólo en la provincia de Ourense, tampoco bastan.
La Xunta ha estudiado medidas como el uso de una sustancia con el mismo olor que la orina del lobo que repelería a los animales. En algunas carreteras como la autovía AG-53 se han instalado captafaros en la bionda que proyectan la luz de los vehículos al exterior de la calzada para ahuyentar a la fauna. Ya se comercializan, baratos, unos dispositivos para los vehículos que emiten un ultrasonido imperceptible para los humanos pero que repele a los animales.
¿Qué debemos hacer al volante si un animal se cruza? "Mantener la sangre fría, la trayectoria recta, frenar y procurar no enlazar movimientos con el animal, porque con un volantazo brusco es fácil cruzar el vehículo y volcar", previene el teniente. El 20 de septiembre de 2013 se registró el accidente más grave en la provincia de Ourense por la irrupción de animales. Una persona falleció y otra resultó herida muy grave, con una paraplejía, por una salida de vía al intentar esquivar a 3 jabalíes en Cenlle. Por fortuna, la gran mayoría de atropellos a la fauna se salda con daños materiales.
