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Vilanova reivindica la figura de Don Adolfo

Los feligreses quieren saber sobre su muerte y confiesan añorar la imagen original de la Virxe do Cristal

"Extrañamos que no aparezca la imagen de Nosa Señora do Cristal y que no se nos comunique nada sobre la muerte de Don Adolfo", reivindicaba ayer Antonio Gómez Rojo, el párroco de Vilanova dos Infantes, minutos antes de salir la procesión del día grande de esta advocación. El crimen que estremeció a esta aldea medieval del concello de Celanova en marzo de 2015, que le costó la vida al sacerdote Adolfo Enríquez y la pérdida de la talla, continúa empañando una celebración que ayer reunía a una multitud de feligreses llegados de toda la comarca. La mayoría, tras una mañana repleta de misas que desde las 8.30 horas se sucedían cada 45 minutos, salía con la procesión de "O Encontro", en la que se saca una réplica de la imagen.

"Vamos hasta la Praza Maior de Vilanova y allí nos encontramos con otros dos santos que salen de la iglesia de San Salvador, por eso recibe ese nombre", explicaba Antonio Gómez. Una vez allí, y tras inclinarse ante la Santa, marcharon juntos de nuevo hasta el santuario de O Cristal. "Los dos santos no volverán a la parroquial hasta el domingo, cuando terminen las celebraciones", indicó. En su avance, la comitiva subió por A Barronca. Según la leyenda, cuando la imagen atraviesa esta calzada empedrada, el manto le cambia de color.

GALERÍA | Procesión de "O Encontro". // Iñaki Osorio

Uno de los momentos más emotivos tiene como escenario la Praza Maior, donde un grupo de danzantes recibe a la Virgen y le ofrece su espectáculo de danzas gremiales. Ayer, brillaba el sol durante su actuación después de dos años pasados por agua. "Es curioso, pero en las tres décadas que llevo bailando, nunca había llovido durante la procesión hasta el año en que falleció Don Adolfo", explicaba Patricia Meléndez, una de las jóvenes con raíces en la aldea que interpreta estos bailes heredados de los zapateros de la zona.

Precisamente en 2015, las condiciones meteorológicas impidieron que danzaran. Y el año pasado se mojaron. "Justo cuando empezábamos, cayó un chaparrón y nos empapamos, pero después paró y nos dejó terminar", reconocía esta joven nacida y criada en Vigo. Se interpretó la llegada al fin del buen tiempo como un presagio: "Este año aparece la Virgen".

VÍDEO | Los danzantes interpretan en la Praza Maior de Vilanova el baile del paloteado ante la Virgen. // María F. Romero

Esta vez, Patricia Meléndez se ha quedado sin bailar y cedía su puesto. "No puede haber más de ocho danzantes y estábamos 12 personas disponibles, así que hay turnarse", explicaba. Se unió al grupo de los danzantes con apenas 16 años. "De aquellas era todo un acontecimiento, cuando éramos niños nos agolpábamos en el patio del Trompa para ver los últimos ensayos de los danzantes, esperando poder llegar a serlo algún día", recordaba. Ahora es distinto. "Las convocatorias son por whatsapp y casi no hay tiempo para practicar", lamentaba. Esta vilanovesa se ha propuesto que la tradición no se pierda: "Pretendo formar un grupo de niños de entre 12 y 14 años para que nos den el relevo en el futuro".

Hace cuatro siglos que los primeros zapateros tomaban la ropa interior a sus mujeres para ejecutar esta danza de origen pagano. Con el tiempo, se convirtió en una ofrenda a la Virgen y, según Meléndez, "era mucho más larga que en la actualidad". Poco a poco se han recuperado partes gracias a la memoria de los veteranos y ayer siete mujeres y un hombre interpretaban el paloteado, el entrenzado y el baile que acompaña a la procesión desde la Praza Maior de vuelta al santuario. Una danza del siglo XVII en la que hoy predominan las mujeres, pero que fue de dominio masculino hasta entrados los años 70.

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