Comida, vino, fiesta y gente, mucha gente se reúne desde esta mañana en Queiroás da Igrexa, Allariz, para disfrutar del tercer proceso de elaboración del pan: la "malla" del trigo. Se trata de una tradición recuperada hace 17 años que homenajea el fatigoso labor de los gallegos de antaño que viajaban a Castilla para poder ganarse la vida y mantener a sus familias.

La "malla" devuelve la alegría por unas horas a Queiroás da Igrexa, un municipio ourensano desierto el resto de los meses. Cientos de personas, tanto de la zona como turistas, disfrutan desde el comienzo del día de este tercer paso de elaboración artesanal del pan. Son los hombres del pueblo, como sucedía tradicionalmente, los que golpean el trigo con sus mazas a los hombros, ayudados por las mujeres. También recrean el sistema más moderno a través de las máquinas de la época. El cometido es el de hacerse con el grano, el cual, ya mañana, se llevará a otro pueblo vecino de Allariz, a A Torre de Seoane, donde se usará para conseguir el producto final y poder gozar de su sabor especial.

"Cuando yo era joven, recuerdo estar en esta ´aira´ -lugar para ´mallar´ el pan-; ahora cada vez hay más afluencia de público de todos los lados: chinos, japoneses, ingleses?", cuenta Gerardo González, decano del festejo y orgulloso con su maza y su traje tradicional: camisa, chaleco y sombrero de paja.

La fiesta continúa esta tarde con ambiente musical por las calles del municipio alaricano.