Uno de los alcaldes más longevos de Galicia se va por escrito. Lo relevará una joven de 27 años. El pleno de Vilariño de Conso (586 habitantes) dio cuenta ayer de la renuncia al cargo de Ventura Sierra Vázquez. Una sesión de pocos minutos cierra una etapa de casi 40 años de poder. El alcalde renuncia sin esperar a sentencia firme, tras ser inhabilitado a 7 años por formalizar 29 contratos a dedo, según él, para fijar población y favorecer a los desempleados de la zona. Su abogado había anunciado casación ante el Supremo pero es probable que desista una vez consumada la dimisión. Fuentes consultadas por este periódico afirman que Sierra fue informado de lo que dispone el artículo 6 de la LOREG, donde ante ciertos delitos como el de prevaricación, la dimisión es obligatoria aunque la condena no sea firme.

Así lo establece el artículo 6.2 de la citada norma. "Son inelegibles: A) Los condenados por sentencia firme, a pena privativa de libertad, en el período que dure la pena. B) Los condenados por sentencia, aunque no sea firme, por delitos de rebelión, de terrorismo, contra la Administración Pública o contra las Instituciones del Estado cuando la misma haya establecido la pena de inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo o la de inhabilitación absoluta o especial o de suspensión para empleo o cargo público en los términos previstos en la legislación penal".

Sierra gobernaba desde 1979, salvo por un paréntesis entre 2007 y 2009, primero bajo las siglas del PSOE y desde los noventa con la del PP. De un veterano a una joven. El bastón de mando pasa a manos de Melisa Macía Domínguez, militante del PP desde 2015, cuando ingresó como número 2 de la lista popular. Esta autónoma de 27 años -tiene una plantación de arándanos, más una dedicación parcial en el Concello- ejercerá el cargo en funciones hasta el pleno previsto para dentro de 10 o 15 días, que aún no ha sido convocado.

En esa sesión ingresará como edil el siguiente en la lista del PP, para ocupar la vacante de Sierra. Le toca a Néstor Requejo Pérez, salvo renuncia. Los populares gobiernan con 4 ediles frente a 3 de la oposición, la Agrupación Independiente de Vilariño de Conso (Aivic), donde militan los concejales que llevaron al juzgado al exalcalde. Ventura Sierra ejerció estos últimos meses con la vitola de independiente, tras cursar la baja voluntaria del PP en el momento en que se abrió juicio oral, tal y como establece el código ético del partido.

El exregidor fue condenado por la Audiencia Provincial de Ourense a 7 años de inhabilitación por contratar en 2012 y 2013 a 29 personas a su "libre voluntad". Según la resolución, empleó "a las personas que quería contratar", obviando los principios de publicidad, mérito y capacidad. El acusado obró, según el tribunal, "a sabiendas de que no podía hacerlo". En un primer momento, el regidor decidió apurar sus opciones y mantenerse en el poder pese a la sentencia inicial. Al final ha desistido tras recibir el asesoramiento de la secretaria -la misma a cuyos informes verbales y escritos hizo caso omiso en las contrataciones-, y de los servicios jurídicos de la Diputación de Ourense, dicen fuentes consultadas.

Ventura Sierra siempre defendió haber obrado por los vecinos. "No levanté reparos en beneficio mío ni de mi entorno, sino que lo hice por la gente de mi pueblo. En Vilariño, en 2012 y 2013, también había crisis, y los que tenemos una responsabilidad tenemos que atender necesidades", dijo en su última conversación con FARO, tras confirmar que presentaba un recurso de casación que ahora podría decaer. El exalcalde, ayer, no asistió al pleno de su adiós y tampoco respondió a las llamadas de FARO.

Su sucesora, Melisa Macía, ejercerá el cargo si la mayoría del pleno lo aprueba (no se prevén otros candidatos en el PP local). Ayer presidió su primera sesión como alcaldesa en funciones de Vilariño de Conso. Sus planes son "sobre todo el asentamiento de la población, ayudando a emprendedores y autonómos. Hay que atraer a gente joven, como yo, que quiere volver al rural y formar una familia aquí, con ayudas al alquiler y la natalidad, y facilitando trámites a las empresas", relata. A su antecesor, quien la metió en la lista "cuando no era afín a ningún partido", le profesa buenas palabras: "Es uno de los mejores alcaldes que ha podido tener Vilariño, porque se preocupó por los problemas de los vecinos y por que tuvieran trabajo. Intentó ayudar aunque a veces la moralidad y la ética se contrapongan con el derecho".