Tres proyectos tecnológicos desarrollados por estudiantes universitarios a través de sus trabajos de fin de carrera fueron premiados ayer en el marco de la 16 edición del Concurso de Proxectos Tecnolóxicos que convocan conjuntamente Expourense y la Escuela Superior de Ingeniería Informática del campus de Ourense con el patrocinio de la Diputación y la colaboración del Igape, y que se dirige al alumnado de Galicia y el Norte de Portugal. Los tres jóvenes premiados son Alberto Novoa, Javier Villalobos y Alba Nogueira, egresados de la Universidad de Vigo, el primero graduado en Ingeniería de Tecnologías de Telecomunicación, y los otros dos en Ingeniería Informática. Un dron antiincendios, una aplicación de monitorización cardíaca ante estímulos multimedia y un portal de gestión de viñedos, son los proyectos ganadores.

El primer premio, dotado con 300 euros, destaca el diseño y fabricación de un dron con cámara termográfica que mide la temperatura del suelo a más de cinco metros de altura en el perímetro de las zonas afectadas por incendios forestales para detectar posibles reproducciones.

El autor es Alberto Novoa, titulado en Ingeniería de Tecnologías de Telecomunicación en el campus de Vigo, y trabajador desde hace nueve años en extinción de incendios en la campaña de verano. Su experiencia le ha llevado a desarrollar un sistema de observación y vigilancia que, llevado a la práctica, no sólo optimizaría los medios humanos en época de incendios, sino que supondría un ahorro en tiempo y dinero en la lucha contra el fuego.

Los cálculos realizados por Alberto Novoa para un siniestro medio de 10 hectáreas implicaría una reducción de 59 minutos en el tiempo de revisado de los 1.120 metros aproximados de perímetro de seguridad y 40 euros en costes. Si una brigada de un agente forestal y cuatro efectivos precisa 70 minutos para recorrer el contorno del incendio, un único operario manejando el dron emplearía 9 minutos. El coste en el primer caso sería de 35 euros, frente a los tres euros que se invertirían en el segundo. Alberto Novoa cree que su dron "tiene futuro y aplicación" y defiende la "eficiencia" del sistema frente al método tradicional demostrada con esta comparativa de tiempo y costes.

Precisamente, el objetivo de este concurso de proyectos es sensibilizar a las empresas de los beneficios que pueden obtener con la incorporación de la tecnología a sus sistemas de producción. De este modo, los proyectos que pueden competir en el certamen son los que buscan soluciones a necesidades reales y cotidianas.

En el caso del dron termográfico el propio investigador buscó una solución a una realidad de la que fue protagonista como trabajador del servicio de extinción de incendios: "A veces, en épocas de gran actividad e incendios grandes, por no poder atender a todo quedan fuegos mal revisados y si el suelo no está suficientemente frío se pueden reproducir", explica Alberto Novoa. En su caso, sería la administración pública la que tendría que apostar por este proyecto, cuyo funcionamiento requiere un único operario que actúe como piloto. La cámara termográfica incorporada a la parte trasera del dron captaría imágenes en tiempo real que indicarían la temperatura del suelo remitiendo la ubicación por GPS. "En caso de que esté caliente se enviaría la brigada para refrescar", indica Alberto Novoa que desconoce la existencia de drones con esta aplicación: "El dron está entrando en la industria muy fuerte y se utiliza en incendios para labores de vigilancia y prevención, pero yo no he visto nada que actué sobre la zona afectada después del fuego", afirma.

Los premios se entregaron ayer en la Escuela de Informática en un acto en el que participaron el director del centro, Francisco Javier Rodríguez; la directora de Administración de Expourense, Cristina Álvarez; y el vicepresidente segundo de la Diputación, Jorge Pumar.