El alcalde, Jesús Vázquez, anunció ayer que el gobierno popular mantiene la moción presentada para su debate en el pleno de enero por la que se "insta" al Gobierno central a cumplir el compromiso adquirido de que la integración del AVE en la ciudad se haga a través de la variante exterior. Además, aseguró: "Estaré vigilante del cumplimiento". Y todo después de que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, así se lo trasladase en la reunión que mantuvieron.
Vázquez dice ser partidario de "seguir presionando" y recomienda a los grupos de la oposición que expresen su postura en este sentido y dejen de hacer "una política de desgaste al gobierno" así como de "destrucción de la ciudad". De ahí que espera que apoyen la iniciativa de los populares, y "si quieren añadir algún punto más al acuerdo, será negociable".
Pero el regidor aprovechó su comparecencia posterior a la Junta de gobierno para cargar contra los grupos de la oposición, a los que acusó de "generar un conflicto" después de las manifestaciones del ministro de Fomento, en lo que no estaban más los intereses partidistas de los generales. Y advertía que "frente al anuncio de movilizaciones, como se llegó a plantear por el alcalde de Vigo, nosotros nos reunimos con el ministro para exigirle el cumplimiento de los compromisos". Además de "dejar claro que la variante exterior es innegociable".
Por escrito y reales
La réplica al alcalde se la daba minutos después el portavoz del grupo socialista, Vázquez Barquero, y de forma contundente: "No confiamos en esos compromisos". Para acusar al Partido Popular de "jugar sistemáticamente con los intereses de la ciudad". Y sentenciar que "no son fiables".
Después de mostrar su "perplejidad" y a la vez "indignación" por la forma en que están llevando a cabo la integración del AVE el Gobierno central, el PP y, sobre todo, el alcalde, Barquero sostiene que después del "burdo intento" de suprimir la variante exterior, ahora "es poco creíble" el compromiso del ministro de Fomento.
También insiste en que se produjo un "intento de engañar y traicionar a Ourense", así como "violentar" los acuerdos alcanzados en 2011 entre el Gobierno socialista con el Concello, en lo que se acordó la integración de la alta velocidad en la ciudad.
