Pedro López Garrido vivió la época de las patrullas a pie, sufrió la amenaza de los bandoleros y fue testigo de la evolución constante del instituto armado. Ayer, la Comandancia de Ourense en la que se jubiló, en 1972, le rindió homenaje por sus recién cumplidos 100 años. El ourensano, natural de la aldea de Francos de Vide, en el concello de Baños de Molgas, recibió ayer una placa en homenaje de manos del teniente coronel jefe de la Guardia Civil en la provincia, Manuel Javier Novo. "Estoy muy agradecido y muy halagado", expresó el centenario tras el acto.

López Garrido ingresó en el instituto armado el 1 de junio de 1943, en plena posguerra. Ya en 1939 había sido condecorado con la Cruz Roja concedida por el Jefa del Ejército del Centro. Su primer destino fue Bilbao. Empezó a ejercer como guardia civil en la provincia de Ourense en 1946, adscrito en un primer momento en el puesto de Viana do Bolo. Después prestó servicio en el cuartel de Xunqueira de Ambía durante 18 años y, por último, otros dos en el puesto de Ourense, donde pasó a situación de reserva en 1972. Ayer recordaba con precisión su carrera, haciendo gala de una memoria intacta. El 4 de octubre cumplió 100 años. Ayer celebró el reconocimiento brindado por la Benemérita en el cuartel de Santa Mariña.

Tiempos del "bandolerismo"

"Muchos años más no se pueden cumplir; eso no puede ser", respondía ayer, complacido, a Sonia Salgado, responsable de prensa de la Guardia Civil, quien le agradeció su presencia y le deseaba aun más longevidad y muchos más celebraciones. "Hay que tener mucho cuidado en el servicio, hay mucho peligro; mucha suerte", recomendaba el veterano guardia civil.

En su época, la institución "cambiaba mucho, cada año iba mejorando". Pero desde su retiro, en los setenta, hasta la actualidad, el centenario ve que el cuerpo "ha mejorado el 100%". López Garrido aún vigilaba a pie, "en efecto", confirmó a un periodista, "mi único medio de locomoción eran las piernas".

También cambió la delincuencia. En su época, López Garrido sufrió el "bandolerismo, nuestro peor problema en aquella época, como la banda del Mario".