El I Congreso Internacional y e III Jornadas de Educación Social y Escuela. Un análisis de la última década, remató ayer en el campus de Ourense con un objetivo claro: la intención de pedir, en este caso a la Xunta de Galicia, la inclusión en la relación de puestos de trabajo de los colegios públicos gallegos, en especial a partir de Secundaria, de un puesto fijo, el del educador social, como una figura "clave", según se demostró en otras comunidades pioneras en la dotación de este puesto, para la prevención y resolución de conflictos y en una escuela "inclusiva" que luche contra la desigualdad.
La cita, organizada por Nova Escola Galega y el Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de Galicia, con la colaboración de las tres universidades gallegas, reunió a 150 profesionales y estudiantes para ahondar en el pasado, presente y futuro de la educación social coincidiendo con la celebración hoy, día 2 de octubre de su día mundial.
Ayer, última jornada de trabajo con el desarrollo de talleres y ponencia, las conclusiones fueron claras, según explica Xosé Manuel Cid vicedecano de la Facultad de Ciencias de Educación del campus de Ourense, "pues las experiencias y ponencias de algunos participantes demostraron como en un programa pionero en Portugal, por ejemplo, se pasó de que los niños no fueran escolarizados, a que, con la implicación de un educador social una figura totalmente diferente del orientador o psicólogo, que los propios padres se interesaran por ir a la escuela, e incluso esos niños inmigrantes o de etnia gitana por ejemplo pusieran el despertador para que cada mañana los llevaran al colegio".
No es un milagro, es tener preparación específica, como ocurre con los educadores sociales, n especifica para "abordar y prevenir problemas de acoso, y todo tipo de conflictos a través de la educación del grupo y los resultados se han empezado a ver con claridad en las comunidades de Andalucía, Castilla La Mancha y Extremadura, donde ya está implantada la figura del educador social como un miembro más de la plantilla de los centros", explica el vicedecano.
El programa piloto realizado en la vecina Portugal donde "se desarrolló en alguno de los núcleos más deprimidos, y consintió en que dentro la dotación asignada para esos centros por el Gobierno se dotaba una partida para un educador social, y gracias a la labor del educador las personas de etnias o grupos más desfavorecidos acudían en masa a los encuentros con el colegio y a las reuniones con los profesores", apunta Xosé Manuel Cid. ¿El motivo? que junto con la preocupación docente, el educador mediante convenios o acuerdos, se preocupaba de atender otros aspectos sociales o sanitarios, l bucodental de esta población en situación de riesgo.
Xavier Puig, presidente del Consejo General de Colegios de Educadoras y Educadores Sociales de España, entidad que agrupa a los colegios profesionales autonómicos y a unos 11.000 profesionales, puntualizó que la figura del educador social y el amplio espectro de prevención y y resolución de conflictos permite "una sociedad más igualitaria" lo que considera "uno de los retos que la escuela debe atender" y en este sentido la figura del educador "puede dar un nuevo prisma al equipo pedagógico".
