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Su familia no supo de él en cuatro años

Una postal que Joaquín envió a Julia desde Mauthausen. // FdV

"Supongo lo tranquila que estarás con mi ausencia" le escribía Joaquín a su esposa Julia en una de las postales que pudo enviarle desde el propio campo en 1944. Desde su huida en 1939 de España a Francia, su familia no supo nada de él hasta cuatro después, en 1943, cuando pudo comenzar a enviar estas pequeñas notas. A cada prisionero se le permitía una postal cada seis semanas y no podía incluir en ella más de 25 palabras, solamente de carácter personal y familiar.

"Os mando esta para que veáis que guapo estaba con mi traje de luces o pijama". Y esta es la frase que el de Estevesiños escribió detrás de la foto que le tomaron el día que fue liberado del campo, el cinco de mayo de 1945, que poco después enviaría a su hermano. "Esto demuestra que conservó siempre el buen humor, y que las desgracias vividas, no consiguieron arrebatarle su humanidad", aseguró Heladio Anxo Fernández.

Fernández incluyó ambos documentos junto a numeroso material sobre los deportados en la exposición "Exilio y deportación. Joaquín Balboa e Antonio Pérez, de Monterrei e Boborás aos campos nazis", para las "Xornadas: Exilio e deportación" organizadas durante la semana pasada en la Casa da Cultura de Verín, concello que también colaboró en la iniciativa.

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