M. G.D. perdió la vida ayer, a los 75 años de edad, tras ser víctima de un atropello en las proximidades de su domicilio en la aldea de O Tellado, en el municipio ourensano de San Cristovo de Cea. La Guardia Civil de Tráfico está investigando las causas del accidente mortal, aunque las primeras hipótesis apuntan a que el fallecido quedó atrapado por el vehículo de un vecino mayor, de 81 años de edad, que efectuaba una maniobra marcha atrás, una hipótesis apuntada por la central de emergencias del 112 pero que también ha de confirmar el atestado, según fuentes de Tráfico. La víctima se encontraba manipulando la válvula del agua, dentro de una arqueta.

Negativo en alcohol y drogas

El siniestro tuvo lugar a las 11.15 horas de la mañana. El conductor octogenario, que resultó ileso, hacía uso de los elementos de seguridad. Además, fuentes oficiales informaban que el señor dio 0,0 en la prueba de alcoholemia y negativo en el test de drogas. Posiblemente, no vio a la víctima durante la maniobra. El peatón estaba dentro de una alcantarilla cerrando la llave de paso de una conducción de agua y, según las mismas fuentes, no llevaba elementos reflectantes ni señalizó la boca, aunque la investigación de las causas continúa abierta.

El fuerte impacto y la posición final del fallecido, cuyo cuerpo quedó atrapado debajo del automóvil, requirió la intervención de los bomberos, que utilizaron los medios de excarcelación para poder liberar al fallecido. Alrededor de las 12 horas, los servicios sanitarios solicitaron el apoyo de los bomberos. La central de emergencias del 112 requirió la presencia del equipo de excarcelación de Protección Civil de O Carballiño, así como la de los agentes de la Guardia Civil de Tráfico. Por su parte, el 061 envió al lugar del suceso un helicóptero, una ambulancia asistencial y personal del centro de salud de San Cristovo de Cea. Los profesionales sanitarios no pudieron hacer nada por salvar la vida del septuagenario.

El atropello mortal de ayer supone el cuarto accidente de tráfico que deja fallecidos en lo que va de año, en la provincia de Ourense. Además, es la segunda víctima registrada en apenas una semana, tras el accidente mortal de un septuagenario, registrado el 23 de mayo en la carretera nacional N-525, en el municipio de Taboadela.

De los cuatro fallecidos registrados desde enero, tres eran mayores. La mitad perdió la vida en carretera; mientras que dos murieron atropellados. El 17 de enero fue atropellado un hombre de 74 años de edad en Verín. El 9 de abril, un portugués de 27 años perdió la vida en la A-52, en Sandiás. Su hijo de 2 años resultó herido grave. La madre, de 29, leve. La familia volvía a Portugal desde Francia.