"Los usuarios de este servicio no son pobres ni enfermos, sino personas normales que pasan por un momento difícil en su vida". Lucía Varela, responsable del comedor social de Cáritas en Ourense definía así, "para evitar falsas etiquetas", el perfil medio de las personas que piden ayuda para comer. Estas instalaciones han triplicado el número de personas atendidas en el último año, pasando según la directora de este comedor de los 70 o 80 menús que se repartían el año pasado a las cerca de 280 comidas que se están sirviendo diariamente en el local.
Ayer, Día Internacional del Voluntariado, jornada que comenzó con una feria de entidades de este tipo en la sala Valente, en calle del Paseo, el comedor de Cáritas contó con dos colaboradores atípicos, el alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, y la edil de Sociales, Sofía Godoy, quienes se vistieron con la bata blanca del voluntario y colaboraron con el resto de ciudadanos solidarios en el reparto de los menús a los usuarios, e incluso en la posterior recogida y limpieza de las instalaciones.
La presencia de ambos tenía como objetivo visibilizar la labor callada de los voluntarios e incluso escucharlos. "Alcalde, pídale a los policías que nos nos echen cuando estamos tocando en la calle", le exhortaba un comensal. "Alcalde, a ver si me arregla lo del juicio", le pedía otro beneficiario del comedor, visiblemente afectado física y psicológicamente tras un infortunado accidente que le impide trabajar.
Cáritas cuenta con una media de 80 voluntarios que colaboran con este comedor social, unos desde la mañana hasta el mediodía, otros solo unas horas. El voluntario es el oro humano para la administración o una oenegé y en este sentido el Concello de Ourense "tenemos ahora mismo 510 voluntarios registrados", explicó Sofía Godoy, con diversa disponibilidad, pero de los que se puede echar manos para decenas de programas de ayuda tanto a nivel individual a otros vecinos que lo necesitan como apoyando grandes eventos sociales o programas municipales.
"La realidad nos muestra que hay problemas porque a ese creciente número de comidas diarias debemos sumar otras 60 familias que se llevan cada semana los productos frescos, verduras, pescados carnes para cocinar en su propia casa", explica la responsable del comedor social de Caritas.
También desayunos
El servicio que se les ofrece incluye también a partir de las 8.30 de la mañana desayunos. "Son tipo bufet y se sirven ellos mismos; comparten una misma mesa y la intención con ello es la de favorecer la socialización y también que adquieran en algunos casos buenos hábitos al ocuparse de recoger la mesa", indica Lucía Varela.
No es el único local que les ayuda. "A algunos de los que veo aquí los conozco del albergue del transeúnte", explicaba la edil de Sociales. Allí pueden recibir su desayuno, pero "Ourense es una ciudad fría en invierno y el hecho de que algunos vayan pasando por los distintos servicios sociales para tomar un café es lo normal cuando se está en la calle", añade Lucía Varela . De hecho, si hace frío fuera, el comedor prolonga un poco su horario matinal para promover la charla.
Unos vales que otorga la asistenta social del Concello o Lucía Varela, tras comprobar que el demandante de un menú en el comedor no tiene en verdad recursos, les permitirá al demandante llevarse hasta una merienda. "Pero aquí también viene algún jubilado que cobra su pensión y nos pide que, si hace falta, paga su menú porque está solo y la soledad es también una necesidad básica que debemos atender", explica.
