El Concello de Ourense autorizó ayer el uso de una veintena de vehículos que se encontraban inmovilizados de la empresa concesionaria del servicio municipal de limpieza y recogida de Basura, Ecourense, después de que la jefatura Territorial de la Consellería de Sanidade, con competencias en el control del brote de legionela detectado que afectó a dos trabajadores, en atención a las medidas adoptadas, diese el visto bueno, ratificado a su vez por la administración municipal,
El gobierno popular destaca que por parte de la adjudicataria se asume el compromiso de vaciar depósitos y circuitos hidráulicos de los vehículos que se utilizan en esa labores, garantizando de esa forma que no quedan restos de agua que puedan ser focos de proliferación de bacteria, pero también la de analizar las maquinas cada vez que se produzca el vaciado y registrar cada una de las actuaciones.
Una autorización que lleva consigo una serie de exigencias para evitar toda la polémica suscitada, y que pasa por informes periódicos que serán remitidos a la jefatura Territorial de Sanidad, según marca el protocolo para estos casos. En este sentido, por parte del Concello se alude a que Ecourense se compromete a poner en conocimiento cualquier comunicación remitida desde Sanidade en lo tocante a este tema "de forma inmediata" al Concello de Ourense.
El gobierno municipal explica que la autorización se concede al día siguiente de que la empresa concesionaria presentase, en el registro general del Concello, una autorización de Sanidade en la que da el "visto bueno", pero siempre y cuando la carga de vehículos se continúe realizando "desde una red municipal controlada".
Presentación de análisis
Lo que también advierte en su comunicación el gobierno popular, es la "obligatoriedad" que tiene la empresa concesionaria de presentar los análisis de determinación de legionela pasados quince días desde el tratamiento de desinfección de todas las maquinas y, en el plazo de un mes, un programa higiénico-sanitario de captación de aguas y de los vehículos utilizados en el baldeo de calles y plazas, en los que se debe detallar qué procedimientos y productos se utilizan en los controles sanitarios, así como la periodicidad con la que se irán realizando.
Lo que se trasladó ayer por parte del gobierno municipal es que a través del departamento de Medio Ambiente, se pondrá "en cualquier momentos y dentro de sus funciones de inspección" comprobar in situ si los trabajos de vaciado, desinfección y registro se están realizando correctamente. Eso lleva consigo que todos los trabajadores de la empresa deben apuntar en su parte de trabajo cada actuación.
Una rigidez en los controles que no se producía en los últimos años, y eso a pesar de las reiteradas denuncias de "incumplimientos" del pliego de condiciones técnicas y administrativas que denunciaron los grupos de la oposición durante el anterior mandato, sin que por parte del gobierno socialista se adoptase ningún tipo de medidas.
La realidad es que el brote de legionela se convierte en el desencadenante, por su transcendencia en lo que se refiere a salud pública, para que se adopten, con la rigurosidad que requiere, lo que se establece en el pliego, y que no fue una práctica habitual.
Y aunque por parte de la empresa se intenta trasladar un estado de "normalidad", el gobierno municipal señala que el expediente informativo sigue adelante y sus conclusiones serán determinantes en la toma de cisión sobre el futuro de la concesionaria del servicio municipal de Limpieza.
Una cuestión sobre la que no tiene duda alguna el alcalde, Jesús Vázquez, que en manifestaciones a FARO proclamó que lo que preocupa al gobierno municipal es "evitar estas situaciones", para lo cual es necesario que funcionen lo mecanismo de control establecidos en el pliego y que, como quedo demostrado, no "funcionaron" debido a la dinámica en la que se venía actuando". Y concluir que "exigiremos las responsabilidades que sean necesarias en función del informe del expediente abierto".
