Marisol Díaz Mouteira tomó posesión ayer del cargo de delegada territorial de la Xunta en Ourense en sustitución de Rogelio Martínez siguiendo el mandato de "renovación" que le encomendó el presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, con este nombramiento. También con el compromiso de traducir este cambio en "nuevos proyectos y nuevas ideas".

El acto, que se celebró a las cinco de la tarde en el salón de actos de la sede de la delegación territorial, estuvo presidido por el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda y contó con la presencia de los dos nuevos conselleiros del equipo remodelado de Feijóo, Ángeles Vázquez, al frente de Medio Rural, y José Manuel Rey Varela, de Política Social. Rueda pidió a Marisol Díaz estar "a la altura" de su antecesor, que trabaje como él y que "no dude" en pedirle consejo.

Tras jurar su cargo frente a decenas de alcaldes, altos cargos de la Xunta, y representantes políticos y sociales de la provincia, la nueva delegada destacó precisamente que su antecesor, Rogelio Martínez, le deja una "buena herencia" y un gran equipo humano. Asume con una "enorme responsabilidad" la nueva tarea, aunque reconoce su dificultad y promete servir de "cauce de transmisión" de todos los alcaldes con el gobierno gallego y trabajar "para todos los ourensanos". Pondrá en ello toda su "experiencia, esfuerzo y humilde saber", y confía en "no defraudar" a nadie.

Por su parte, Rogelio Martínez se despidió con un emotivo discurso de casi quince minutos en el que tuvo que detenerse varias veces para contener el llanto. "Es la primera vez en mi dilatada vida que me cesan en algo. Siempre me fui porque me dio la gana o porque amigos me reclamaron para dar el paso. ¡Ya iba siendo hora por tanto!", señaló. También quiso dejar claro que no guarda ningún rencor por este cese, y se refirió explícitamente y "para que no queden dudas" al presidente Feijóo y al vicepresidente Rueda. De hecho, parte de su exposición se dedicó a destacar la buena relación que ha mantenido con todo el equipo durante los seis años y medio que estuvo al frente de la delegación y la "confianza" que depositaron en él en todo momento, y en especial en relación al proceso judicial que le salpica desde 2006 por irregularidades en la gestión de fondos europeos cuando era alcalde de Arnoia y por el que ya estaba imputado cuando fue designado para el cargo en 2009. "Un esperpento", recordó ayer apelando a su inocencia.

Aseguró sentirse "orgulloso" de su gestión y del trabajo de todo su equipo, y destacó que durante todos estos años ha recibido muchas satisfacciones, éxitos pero también "muchas zancadillas" y ataques tanto personales como políticos: "Desde el minuto uno fui cuestionado, decían que iba a durar poco y fui utilizado por la oposición para desgastar al gobierno".

Recordó el duro trabajo que afrontó liderando en Ourense la reestructuración del gobierno autonómico cuando se eliminaron las delegaciones y destacó el "trabajo y lealtad" de su sucesora, Marisol Díaz, a quien recurriendo al símil del fútbol le deja "el mejor equipo en el campo, y en las bandas calentando a lo que necesitas para rematar el partido en las mejores condiciones y con un excelente resultado". También se ofreció para ayudarla "en lo que necesites". Alfonso Rueda, le agradeció tanto su presencia en el acto como su discurso: "La vida sigue, y la pública también. Esto no es un adiós, es un hasta siempre".