Con la llegada de buenas noticias a la Plaza de Abastos número 1, también afloran las diferencias entre los que empresarios que allí desarrollan su actividad. Juntos en las reivindicaciones de larga trayectoria, y discrepancias en su ejecución, como sucedió con la ubicación del deseado ascensor. Y todo por unos centímetros en la planta del sótano.
Una vez conseguida la financiación necesaria, con aportación de la Xunta, y la adjudicación por parte del Concello de las obras, aparecieron las discusiones por su ubicación final, en este caso entre varios placeros y el presidente de la asociación de empresarios de la Plaza de Abastos, que se encarga de la gestión de la misma.
Un cara a cara entre varios industriales con el presidente, Emilio González, algo subido de tono, pero poco más, ya que todos coincidían en lo importante: contar con un ascensor para prestar un mejor servicio a los clientes, sobre todo a las personas mayores que acuden al mercado central de la ciudad.
Las diferencias no son nuevas, y vuelven a aflorar en un momento transcendental para la plaza, después de que el Estado concediese el 1,5% Cultural para ejecutar el proyecto de rehabilitación del edificio y su contorno, que incluye al "rianxo" -zonas de venta de productos de la huerta-, por una cuantía económica que supera los 5,6 millones de euros.
En el horizonte inmediato el necesario realojo, en donde también existen diferencias, así como dudas de que se pueda consumar en una zona de la Alameda. Un recelo que para la asociación no tiene sentido, después de que el Concello destinase una partida de 600.000 euros para que se puedan acometer las actuaciones necesarias.
