"Que quede claro que soy alcalde y del PSOE, pero católico, practicante y hasta exseminarista. Así que mi presencia aquí no es para ir contra el Obispado, sino para preguntarle ¿dónde está el dinero que era para la parroquia?". Celso Fernández es el regidor de Maside y uno de los vecinos que, "como un feligrés y nada más", puntualizó, se manifestaron ayer ante el Obispado de Ourense, en la calle Progreso, para reclamar a la curia local una obra urgente e integral de la iglesia parroquial de Maside.
Consideran la propuesta de mejora que le hace el Obispado una obra menor, "por eso le planteamos que utilicen el dinero donado en su día a la parroquia, es decir nuestro dinero, para hacer una reforma integral de la estructura". Ese dinero en litigio al que se refieren rondaría, según la estimación vecinal, los 200.000 euros, lo correspondiente a las expropiaciones de una donación privada de bienes inmobiliarios que donó una familia al Concello y a los parroquianos.
"La estimación la han hecho los vecinos en base a los terrenos y otras propiedades, algunas expropiadas por el AVE, que ha ido vendido la Diócesis de ese 50% del total de donaciones privadas destinadas a la parroquia y que se cree le supusieron unos 200.000 euros", explica el alcalde. "Como la donación de esos bienes vendidos eran para la parroquia, los vecinos exigen ahora que se destinen a reparar la iglesia", insiste el alcalde.
Apostados ante la sede diocesana, y con una pancarta reivindicativa con el lema "Reparación total da igrexa. Xa", los vecinos exigieron al Obispado una reparación íntegra y a fondo de la segunda iglesia parroquial más importante de todo el Arciprestazgo de O Carballiño al que pertenece, y con más de 500 metros de techo", afirman, "para cuya reparación no llegan a nada los 8.000 euros que piensa invertir la Diócesis en su restauración", apuntan.
En los últimos años, en concreto desde 2009 cuando empezaron los problemas, sus santos patronos han estado a remojo a causa de unos daños estructurales "muy graves" de la iglesia, según las conclusiones de un estudio técnico que exigen que el proyecto de reforma vaya más allá de un ligero arreglo de tejado.
Desde marzo de este año, la iglesia está cerrada para evitar daños personales y todos los oficios, fúnebres, dominicales y también las fiestas patronales, "si nadie lo remedia", advierte el alcalde, se están celebrando en la casa parroquial, "cuya reforma fue pagada por los vecinos y que está registrada sin embargo a nombre del Obispado", añaden.
"No tenemos nada en contra del obispo, él se ha encontrado con un problema que es heredado y trata de resolver", explica el alcalde. "Pero la preocupación vecinal es mucha y eso se nota. Que gente mayor dedique una mañana de sábado lluviosa a viajar a Ourense para reclamar que reparen su iglesia, da cuenta de su estado de ánimo".
