La noche del 26 de julio de 2010, cuatro jóvenes pusieron en riesgo la circulación de la carretera nacional N-525, tal y como sostiene la Fiscalía. Los cuatro implicados arrojaron a la calzada un bloque de cemento y otros objetos como tablones de madera, mientras se dirigían en tránsito de la localidad de Albarellos a Verín. Ayer, los imputados se sentaron en el banquillo y la juez decidirá si les aplica una condena de hasta año y medio de prisión por un delito contra la seguridad del tráfico.

Según el relato de hechos de la acusación pública, los acusados fueron identificados por agentes de la Guardia Civil. Cuando los funcionarios se dirigieron a ellos, los jóvenes los habrían increpado de forma desafiante, "con comentarios despectivos y poniendo dificultades" a su identificación, tal y como recoge la Fiscalía. Uno de ellos habría llegado a decir que si lo denunciaban él los denunciaría a ellos y que continuaría haciendo lo mismo "porque le daba la gana". La Fiscalía atribuye una falta de respeto a agentes de la autoridad a tres de los implicados. Pide multas.