T-Solar, una de las compañías líder de la fabricación de paneles solares, ha entrado en concurso de acreedores al no poder afrontar una deuda que, según ha informado al comité de empresa, ronda los 61 millones de euros.

La plantilla, de 200 trabajadores, ha soportado dos Expedientes de Regulación de Empleo de suspensión que ha mantenido la planta inactiva los últimos siete meses. Hace 15 días caducó el último ERE y la empresa, tras proponer un nuevo expediente de seis meses más, se echó atrás y volvió a contratarlos a todos aunque en situación de período vacacional retribuido. El pasado lunes, un gabinete jurídico de Madrid (T-Solar fue absorbida por Isolux), comunicó al comité de empresa que la compañía adeuda 61 millones y que no tiene solvencia para cumplir con sus acreedores, razón por la que el pasado viernes acudió al Juzgado de Vigo para someterse a la ley concursal. Ahora, está pendiente de que el juez designe a los administradores que tomarán una decisión sobre su futuro.

Con tal motivo, los trabajadores celebraron ayer una asamblea en la sede sindical donde mostraron su preocupación ante un posible ERE de extinción que les llevaría directamente al paro.

El presidente del comité de empresa, Isidro Blanco, explicó que la plantilla no ha adoptado todavía ninguna medida de presión porque su situación no ha variado. "Seguimos con el permiso retribuido y tampoco sabemos si la empresa va a plantear un plan de viabilidad con quita por parte de los acreedores", explica. Tampoco descarta el cierre, aunque sospecha que puede haber algún inversor interesado en adquirir la compañía. "Lo que no sabemos", añade Blanco, "es si antes nos van a liquidar a nosotros". Esta opción se plantea como la más probable porque "los administradores querrán eliminar cargas".

T-Solar lleva meses sin recibir ni un solo pedido.