Unos 300 feligreses de las parroquias de Santa María de Carballeda, Santiago de Torcela, Santa María do Desterro da Corna y San Xoán de Coiras, del municipio de Piñor, le dieron ayer plantón al vicario general de la diócesis, José Estévez, al negarse a entrar en las cuatro iglesias, delante de las que se concentraron, para exigir que sea restituido a su puesto el párroco titular, Antonio Fernández Blanco, suspendido por el obispado al salir elegido concejal del PSOE por el Concello de A Gudiña.

Los concentrados de las cuatro parroquias le comunicaron al vicario general que no entrarán más en sus respectivas iglesias, hasta que regrese el sacerdote, después de que presentara la renuncia como concejal electo del PSOE, para continuar desempeñando su función pastoral.

José Estévez, que de forma infructuosa fue visitando a lo largo de la mañana las iglesias de Carballeda (10 horas), Torcela (10,45), A Corna (11,30) y Coiras (12,30) –acompañado por el cura de Entrimo, para que oficiara las eucaristías–, se mostró en un tono muy conciliador, argumentando que no estaba al tanto de que Antonio Fernández Blanco había presentado su renuncia como concejal de A Gudiña, tras ser amonestado por el obispado, para mantenerse al frente de las cuatro parroquias que tenía a su cargo en Piñor, algo que irritó profundamente a muchos feligreses, que lo acusan de "mentir como un bellaco".

Bautizo

El respaldo al cura es tan firme y sin fisuras entre los feligreses, que los padres de un niño optaron por aplazar su bautizo hasta que regrese a la parroquia Don Antonio –a pesar de que estaban dispuestos a oficiar la ceremonia el vicario general de la diócesis y el cura de Entrimo–, pero en cambio celebraron con sus familiares el banquete que habían programado.

Los vecinos le reprocharon al vicario que la iglesia tuviera "dos varas de medir", para la resolución de estos casos, al permitir "sin ningún tipo de rubor" que el desaparecido Felisindo Rodríguez hiciera campaña de forma permanente para el PP en Tamaguelos, Mourazos y Tamagos, además de ser el artífice de las obras ilegales de Verín, sin que sufriera el "mínimo reproche", por parte del obispado, y que había sucedido algo similar con el párroco de Campobecerros, Julio Rodríguez, por lo que no comprenden la suspensión de Antonio Fernández.

Los vecinos indicaron al vicario que "son mentiras" todas las acusaciones que habían vertido contra el párroco, negando que hubiera pedido votos por las casas, además de asegurar que "nunca habló de política en la iglesia", por lo que su "único delito" había sido presentarse a las elecciones, como candidato a concejal de A Gudiña, localidad que se encuentra a más de cien kilómetros de distancia.

También le reprocharon al vicario general de la diócesis que mantuvieran a Antonio Fernández Blanco dos años residiendo en el Hostal Ateneo, sin abonarle los gastos de estancia como habían prometido, en lugar de restaurar la casa rectoral –se encuentra en ruinas–, con los 25.000 euros que cobró el obispado por la expropiación de un diestro.