La justicia ha desestimado, también en apelación, las reivindicaciones de un joven matrimonio ourensano que había reclamado una indemnización por las heridas que su niño de 2 años sufrió, en 2007, cuando estaba en una guardería con instalaciones en la calle Río Xares.

El juzgado de Primera Instancia número Tres, inicialmente, y la Sección Primera de la Audiencia, hace pocas semanas, consideran que la escuela infantil no tiene por qué hacer frente a la factura médica, gastos y daños originados por el accidente del pequeño y, en suma, no consideran que exista "negligencia" en la conducta de los cuidadores.

La pareja ha tenido que costear la factura médica y la atención sanitaria de su hijo. Fue inspeccionado en el CHOU y, de ahí, dervado al centro conc ertado de El Carmen, donde una odontóloga aconsejó cirugía ya que a consecuencia de la caída en la sala de juegos de la guardería, el niño se había fracturado un diente, tenía heridas en el interior de la boca y otra piez dental, incrustada en la encía.

En noviembre de 2008, los progenitores presentaron una demanda en el juzgado de Primera Instancia reclamando los costes asociados al accidente: u na cuantía de 3.936 cuya petición fue desestimad apor el juez. Entre sus argumentos, consideró que la caída se había producido cuando el niño jugaba con un cochecito en el centro por lo que no se había tratado de "ninguna acción ni omisión imputable al personal de la guardería, sino la torpeza del propio pequeño".

Sobre la cuestión que posteriormente subrayarían los padres en su recurso a la Audiencia de que "al tratarse de alumnos de escasa edad, es obvio que han de extremarse las atenciones"; el juez valora que el personal de una guardería debe cuidar de que ningún niño se vea inmerso en situaciones que pudieran generar riesgo para su integridad y para de los otros niños, es cierto, pero ningún cuidador puede estar todo el día con los pequeños cogidos de la mano", expresa el juez.

La guardería contaba con una póliza de seguros de responsabilidad civil en el momento de los hechos, según los padres citaban en su recurso, pero en ningún momento habrían dado parte al seguro para plantear los pagos.

El niño estuvo un mes de convalecencia para recuperarse de las heridas. Quince días fueron de carácter impeditivo. Por la incapacidad, el informe forense calculaba 1.160 euros en gastos; a los que se sumaron 1.470 por las secuelas (hubo que darle dos puntos de sutura), entre otras facturas.