En 2018 está previsto que el Museo Massó inaugure una nueva exposición temporal de gran formato, un proyecto en el que se está trabajando desde hace un año. En esta ocasión la mirada se centrará en la simbiosis entre la explotación de los recursos del mar y el urbanismo. El objetivo es mostrar cómo el crecimiento urbanístico de Bueu estuvo influido por la presencia de las fábricas de salazón primero y las conserveras después, con especial atención a Massó y Alonso. De hecho la corporación de Bueu aprobó en el año 1926 el conocido como "plano de población y ensanche de la villa", realizado por Rafael Picó, que a su vez era discípulo de Ildefonso Cerdá [el arquitecto que diseñó el plan general de Barcelona a finales de XIX]. Es un documento que pocos municipios del tamaño de Bueu podían permitirse en aquella época, pero que estaba justificado por la transformación que impulsaba la conserva.
Los planos que se conservan están en proceso de restauración y se expondrán junto a otro material en una muestra que se llamará "Crecer co mar. Os gozos e as sombras de Bueu", un título con reminiscencias literarias y que alude a la famosa trilogía de Gonzalo Torrente Ballester, inspirada en la localidad de O Morrazo.