La Audiencia de Palma de Mallorca dejó ayer visto para sentencia el juicio contra seis jóvenes, dos de ellos vecinos de Cangas, además de una pareja británica y dos hermanos portugueses, por presunto tráfico de cocaína y marihuana en julio de 2016, en la zona de Magaluf en la isla balear. Desde entonces los vecinos de Cangas detenidos en esta operación J.J.R.P y P.S.B. permanecen en prisión como también uno de los hermanos portugueses N.S.L.D. El otro vecino de Portugal F.S.L.D. quedó en libertad el 28 de noviembre, mientras que la pareja inglesa formada por R.C.F. y T.J.B. está libre desde el 28 y el 11 de noviembre, respectivamente. La Guardia Civil les intervino tres kilos de cocaína, sustancias de corte y marihuana. El juicio comenzó el martes y concluyó ayer, tras una sesión de seis horas, en el que declararon parte de los acusados y los agentes. Los primeros señalaron que no conocían a los dos gallegos y los agentes manifestaron que detuvieron al cangués J.J.P.R. con 2 kilos de cocaína y que en su habitación había más de esta droga. De P.S.B. manifestaron que se le hacía la vigilancia pero que nunca le vieron traficar ni vender porque llevaba solo desde mediados de junio en la isla. También manifestaron que colaboró en todo momento.

El fiscal mantiene la pena de 7 años de prisión para cada uno de ellos por un delito contra la salud pública, además de la multa de un millón de euros. Las defensas de los acusados, entre las que está el abogado de Moaña, Luis Pena, pidieron la nulidad de la investigación y la absolución para todos ellos.

En el primer día del juicio, uno de los encausados, de Cangas, reconoció ante el tribunal de la sección segunda que en ocasiones vendía droga a algún vecino. "Tal vez medio gramo a un vecino", indicó. El hombre fue interceptado el 29 de julio de 2016 por la Guardia Civil cuando se dirigía en taxi desde su domicilio en Palma a Magaluf con una mochila con dos paquetes que contenían dos kilos de cocaína.

"Cometí un error, me arrepiento", ha asegurado el sospechoso, que ha exculpado a su compañero de piso, también acusado en este caso. "Él no sabía nada de todo esto", añadió. El joven manifestó que en esas fechas no trabajaba y hacía entrenos personales de musculación. Según su versión, consumía a diario cada vez más cocaína. "Cada vez que entrenaba, me metía", ha explicado. Entre los sospechosos en este caso hay un boxeador.

El encausado se ha referido a los dos kilos de cocaína que le incautaron y alegó que una tercera persona, un británico llamado James que se encuentra en paradero desconocido, le entregó la mercancía para que se la guardara en su casa durante un mes y medio a cambio de una parte de la sustancia. "Vi una oportunidad, consumía para entrenar, casi cada día", apuntó Sin embargo, a los veinte días se arrepintió de tener el alijo en su domicilio y quiso devolvérselo al británico. Cuando acudía a Magaluf con la cocaína, la Guardia Civil lo interceptó.

Los investigadores aprehendieron en su piso de Palma multitud de envoltorios con cocaína, sustancias de corte como cafeína y lidocaína y una bascula de precisión, entre otros efectos. El sospechoso explicó ayer que unos amigos le pidieron que les hiciera germinar unas semillas de marihuana y así lo hizo.

Niega vender droga

Su compañero de piso, también de Cangas, negó de forma rotunda en la vista oral haber traficado con droga. "Nunca en mi vida he vendido cocaína", recalcó.

Este joven admitió que pagaba 350 euros al mes de alquiler al primer sospechoso ya que ambos vivían en el mismo piso de Palma. El encausado también señaló que había alquilado un garaje porque no quería dejar su coche en la calle. Allí, ocultaba una plantación de marihuana. "Mi compañero no sabía nada de esto, no le dije nada", indicó.

Según su versión, los cerca de tres kilos de marihuana que le intervino la Guardia Civil en el garaje "eran para consumo propio, para todo el año". El sospechoso agregó: "La marihuana la compré a un chico, me salió barata. Yo entregué las llaves del garaje a la Guardia Civil. Cuando cogieron a mi compañero, me puse muy nervioso, me dijeron que si entregaba eso, me beneficiaría". El encausado destacó que los agentes no le leyeron sus derechos y que entonces consumía cocaína y cannabis.

En otro domicilio de Magaluf de otros acusados, los investigadores hallaron más de un kilo de cocaína. Un letrado defensor pidió la nulidad de la intervención telefónica a su cliente.

En el escrito de Fiscalía se reflejaque fruto d ela investigaciones policiales se constató que los dos vecinos de Cangas mantenían entrevistas con el individuo que se halla en paradero desconocido a quien adquirían cocaína que adulteraban y preparaban pra su venta, así como que mantenían en un garaje, una plantación de marihuana destinada al mismo fin.