En una ocasión, ya hace años, en Celanova, Amancio Prada recibió el Premio Casa dos Poetas. Habló poco, y utilizando su pecho de pandeiro comenzó a cantar "Campanas de Bastabales". Allí estaba Méndez Ferrín y otros escritores ourensanos de renombre, a los que el cantautor de Ponferrada puso la carne de gallina. Fue un homenaje sincero a la poetisa gallega Rosalía de Castro, a la que tanto contribuyó a difundir su obra. Ayer, en el Auditorio Municipal de Cangas, la Asociación Cultural A Cepa hizo su particular homenaje a Rosalía de Castro, en un acto de lo más participativo, donde esa "pel de pita" la proporcionó Ana Blanco, al recitar "A gaita galega". Lo hizo con entonada memoria, sin apuntador, mirando a un patio de butacas lleno y entregado a la causa. El concejal de Educación, Xoán Carlos Chillón y el de Cultura, Héitor Mera, hicieron lo que pudieron. Era difícil competir ante voces tan preparadas para la poesía, como las de Olga Sotelo, Daiane Peña, Lolita Chamadoria o Iria Collazo, con su Negra Sombra. Fue también entrañable el recital del polifacético artista, Camilo Camaño. Su conocido apego a Cuba lo hizo visible recitando "Pra Habana", no igualó el virtuosismo de Amancio Prada, pero cerrabas los ojos y aparecían los retratos que Camilo Camaño hizo en Cuba. Intervinieron los alumnos de colegios e institutos de Cangas, hubo dramatización y música coral para recordar la importancia que Rosalía de Castro tiene no solo en la literatura gallega, sino también en la universal.

El cierre del acto lo pusieron los alumnos del Conservatorio Municipal de Cangas, que dirigidos por Jezabel Argüelles, y con la Orquesta de Pitufos hicieron una versión de "Como chove miudiño", más académica que la que todos escuchamos en el pabellón del Obradoiro de Santiago de Compostela.