Diputación y Concello de Cangas no han avanzado en el último año prácticamente nada en su compromiso de ensanchar, pavimentar y dotar de servicios a la carretera provincial EP-1005 entre O Viso e Igrexario, en la parroquia de O Hío, cuya ejecución no comenzará, al menos, hasta 2017. Sus promotores carecen aún del proyecto definitivo que se comprometieron a redactar a lo largo del año que está a punto de terminar y han decidido "prorrogar o convenio" y la inversión de 1.050.958 euros, de los que 850.958 euros son aportados por la Administración provincial y 200.000 por la local, pero sin fijar plazos. El Concello recibió ayer un escrito de la Diputación con la propuesta de aplazamiento y el gobierno municipal le dará de inmediato su visto bueno a través del cauce administrativo correspondiente, ya sea a través de una resolución de la Alcaldía, en Xunta de Goberno Local o por acuerdo plenario, según reconoce el alcalde, Xosé Manuel Pazos.

El asunto lleva varios meses de impás y sin otra novedad que las críticas de algunos vecinos a título particular y de la oposición del PP, que insiste en un nuevo incumplimiento de los actuales gestores sobre un acuerdo que dejaron sellado sus antecesores en la Diputación y el Concello de Cangas, Rafael Louzán y José Enrique Sotelo. Para intentar desatascarlo acudió ayer a Pontevedra la concejala de Obras e Servizos, Mercedes Giráldez, que habló con varios representantes políticos y técnicos y regresó con el mensaje de que el proyecto definitivo estará redactado "nos próximos tres meses", y en el documento deberán figurar los terrenos afectados que den pie al inicio de las conversaciones con los vecinos y afectados para lograr su cesión. "Non queremos que pase aquí o que sucedeu en Coiro", señala la edil, en alusión a los cierres y garajes que hubo que construir en el vial Avenida de Lugo-A Boubeta para poder ocupar la franja de terrenos colindantes con la carretera.

Pazos es partidario de "empezar xa" las conversaciones con los afectados de la futura urbanización del tramo O Viso-Igrexario para explicarle las intenciones y conocer sus pretensiones, a pesar de que la "imposibilidade de cumprir os prazos fixados" en el convenio y la carencia de un "proxecto firme" impide concretar la línea de afección. Además, el Concello propuso en los últimos meses a la Diputación eliminar la acera en una de las márgenes -en el anteproyecto figuran por ambos lados- a cambio de destinar esa inversión a prolongar las mejoras más allá de Igrexario, continuando unos 500 metros hacia Pinténs. De momento no ha habido respuesta a esa sugerencia, asegura el alcalde.

Pazos entiende el interés de los vecinos, que él comparte, en concretar el inicio y ejecución de las obras comprometidas, aunque recuerda que el convenio heredado de Louzán y Sotelo no venía acompañado de proyecto de ejecución. No obstante, hace justo un año la actual presidenta de la Diputación, Carmela Silva, y el propio Pazos, aseguraron que en 2016 estarían en marcha los trabajos y ahora ya se da por imposible.