La yegua, de raza autóctona de la que se desconoce su nombre y propietario, ya descansa placidamente en las fincas que circundan el "bosque encantado" de Aldán por cortesía de varios miembros de la asociación Cabaleiros do Morrazo, que se prestaron a colaborar en la captura del animal y a hacerse cargo de su manutención y cuidados de forma temporal, mientras no aparezca el dueño o el Concello le busque destino definitivo. Con ese gesto generoso se pone fin a una semana de quebraderos de cabeza para vecinos y responsables municipales, que carecen de medios para este tipo de operativos y pidieron colaboración de un veterinario del zoológico de Vigo, que ayer a mediodía logró inyectarle un dardo con una sustancia tranquilizante que serenó al animal, noble pero algo nervioso y asustado, y por lo tanto imprevisible.
En los últimos días se realizaron al menos media docena de salidas para buscar al equino en respuesta a otras tantas demandas ciudadanas tras avistarlo en los viales interiores de los montes de Varalonga y Montecarrasco, pero también en lugares poblados y con alta densidad de tráfico rodado, como el tramo de la carretera PO-315 entre As Barreiras y O Viso. Algunos vecinos sugieren que el animal se mostraba agresivo al intentar acercarse, pero desde el colectivo de caballistas creen que pudo ser una respuesta instintiva de defensa, por miedo, pues la yegua no dio otras muestras de agresividad.
El objetivo es, ahora, localizar al dueño con la única pista de la marca que lleva el animal en uno de sus muslos, pues carece de microchip. Las indagaciones de la Policía Local aún no han dado resultados y Cabaleiros do Morrazo está colaborando -una de las posibilidades es a través del registro de la Xunta- para dar con el dueño. Si no aparece, el Concello de Cangas deberá disponer de la yegua, probablemente a través de una subasta pública en la que se adjudicaría al mejor postor, pero muy probablemente por un precio inferior al coste de mantenimiento que asume la asociación de aficionados al caballo.
