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"Estuvimos sometidos a Los Morones muchos años por miedo y aún lo tenemos"

Testigos que declararon en la "Operación Vida" relatan cómo funcionaba la trama con presuntas amenazas en los mercadillos -Atribuyen los conflictos a la negativa a seguir en la cooperativa

La pelea que se produjo en octubre en el mercadillo de Cangas acabó destapando la organización. // G.N.

"Estuvimos muchos años sometidos a esa organización, por miedo. Ahora mismo, aun sin estar sometidos a él -Sinaí Giménez- tenemos miedo, porque todo viene de hace muchos años". Así relata ante la Justicia uno de los testigos interrogados en la Operación Vida. La causa, cuyas diligencias se llevaron en secreto -aunque el secreto de sumario fue levantado esta semana por el juez- cuenta con casi 40 testigos, una decena de ellos protegidos.

El caso partió de una querella de la Fiscalía formulada en marzo contra trece personas, la mayoría miembros directos de la familia de Los Morones. La agresión que se produjo en octubre en el mercadillo de Cangas puso sobre la pista a la Guardia Civil ante lo que se identifica en las diligencias como una presunta "organización criminal", mediante el cobro de tasas a vendedores ambulantes a través de una cooperativa que presentaba distintas denominaciones.

Las declaraciones de varios de los testigos interrogados -zamoranos que vieron cómo se abría un conflicto con Los Morones al abandonar las cooperativas- explican cómo funcionaba la trama que también se describe en la querella de la Fiscalía. "El motivo de esta pelea viene de años atrás, cuando dejamos su cooperativa y firmamos un pacto para dejar de pagarles. No le pareció bien y dijo que nos pensaba agredir [en alusión Sinaí]", apunta otro de los testigos, según consta en las diligencias del caso.

Según la acusación pública la cooperativa cobraba unos 150 euros al mes a cada vendedor para la realización de gestiones ante la Seguridad Social o los Concellos, aunque los testigos que abandonaron las cooperativas aseguran que comprobaron que esos pagos no se realizaban. Además, también se les cobraba distintas cantidades por el montaje de los puestos. En Cangas, en donde se desató la polémica con agresiones, se instalaban unos 30 puestos de "zamoranos" que salieron de la cooperativa "entre amenazas".

La trama de presunta extorsión, se extendía también a los mercados ambulantes de Moaña, Vigo, Sabarís (Baiona), Pontevedra, Porriño, Ponteareas Barro y Tui.

Los testigos contrarios al clan de Los Morones relatan ante las preguntas de los letrados la presunta trama, refiriéndose siempre al autodenominado "Príncipe de los gitanos" como cabecilla: "La manipulación de Sinaí consistía en que en los mercadillos, a la hora de presentación de documentaciones en lo relativo a los cambios de puesto, nos exigía tipos de pago ajenos a los exigidos por los ayuntamientos", relata otro testigo.

Medidas rigurosas

Las declaraciones continuarán el próximo lunes en el Juzgado de Instrucción número 3 de Cangas, que dirige la investigación. Declararán tres testigos protegidos y lo harán mediante videoconferencia y con la voz distorsionada para evitar que puedan ser identificados por el entorno de los acusados.

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