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Don Donato vuelve al Carmen

Las cenizas del párroco fundador se trasladan el viernes a esta iglesia de Moaña

Don Donato, en una imagen de hace años ante la iglesia del Carmen, con su sombrero tipo teja. // FdV

Catorce años después de su fallecimiento, el QUE fuera párroco fundador EN 1964 de la iglesia del Carmen de Moaña, Donato Bernárdez Sotelo, verá cumplidas sus últimas voluntades de que sus cenizas descansen en la iglesia que él vio construir. El próximo viernes, cuando se cumple el 14 aniversario de su fallecimiento, las cenizas de don Donato, serán trasladadas desde el cementerio municipal de Moaña hasta esta iglesia del Carmen, en donde quedarán depositadas bajo el altar, dando cumplimiento así a su voluntad, tal y como señala el actual párroco del Carmen, José Luis Muñiz.

El trasladado de las cenizas se acompañará de una misa, a las 19.00 horas, que estará presidida por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio. El párroco señala que cuando murió don Donato, el altar de la iglesia estaba todavía a medio construir y por eso no se pudieron ver cumplidas sus últimas voluntades, pero ahora ya está preparado, aunque todavía falte por completar más obra en la iglesia que se contemplaba en el proyecto original como las dos torres y que se ejecutarán cuando lo permita el presupuesto.

Don Donato falleció el 29 de enero de 2002. Había nacido el 5 de noviembre de 1912 en la parroquia del Divino Salvador de Coiro (Cangas). Fue ordenado presbítero el 21 de diciembre de 1940 y coadjutor de San Juan Apóstol de Santiago de Compostela en 1941. En octubre de ese año ya fue destinado coadjutor de la iglesia de San Martiño, en Moaña y el 13 de mayo de 1952 pasó a ser su párroco. Por decreto del 18 de agosto de 1964, con territorio segregado de San Martiño, se creó la nueva parroquia del Carmen de Moaña de la que fue titular don Donato, encargado también de San Pedro de Domaio, entre 1981 y 1982.

En cuanto a las obras, la iglesia sigue a media luz tras la caída de un rayo el año pasado que averió toda la instalación y la megafonía. El seguro sólo aportó 3.000 euros para una reparación que ascendía a 20.000 y se fueron acometiendo arreglos gracias a las donaciones de los feligreses que en la medida que pueden van realizando sus aportaciones para cubrir otras necesidades prioritarias como la del tejado, cuyas obras el cura confía que empiecen esta semana.

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