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El juez envía a la cárcel al marido de una vecina de Moaña denunciado por pegarle una paliza

El informe forense señala que la víctima tenía numerosos hematomas » Ella declaró que sufre maltrato

Dependencias del juzgado número 2 de Cangas que se ocupa de la violencia de género. // Gonzalo Nüñez

El titular del juzgado número dos de Cangas, que se ocupa de los casos de violencia de género, ordenó el lunes el ingreso en la prisión de A Lama de un vecino de Moaña, denunciado por su esposa a la que presuntamente golpeó el fin de semana y agredió sexualmente. La declaración de la víctima y el informe forense fueron fundamentales a la hora de decretrar el ingreso en prisión de este vecino de Moaña que vivía con la víctima en la calle Don Donato. El informe apunta numerosos hematomas por todo su cuerpo, habla de dedos de los pies destrozados y pone de manifesto la crueldad de las supuestas agresiones. En su declaración, la vecina de Moaña relata también numerosas palizas anteriores y métodos vejatorios y dolorosos como meterle la cabeza en una bañera con agua o apretarle el cuello casi hasta la asfixia. Presuntamente, los malos tratos se remontan a muchos años atrás.

De los muchos casos de violencia que llegan al juzgado número dos de Cangas, el del pasado fin de semana es, quizás, el que más llamó la atención en los últimos años.

El supuesto maltratador se entregó a la Guardia Civil de Moaña tan pronto como supo que había sido denunciado y el lunes fue trasladado después al cuartel de la Guardia Civil de Cangas. En su declaración negó los hechos. Aunque hay denuncia, en estos momentos no existe todavía una acusación concreta contra el presunto maltratador de Moaña. También hay que señalar que el abogado del detenido recurrió el auto de ingreso en prisión y alegó ausencia de antecedentes. Al estar en la cárcel no se establecen medidas como una orden de alejamiento pero sí orden de provisión de comunicaciones y de régimen de visita respecto a una hija de ambos.

Según comentan fuentes próximas a la investigación, la víctima lleva ochos años acudiendo al Centro de Información de la Mujer (CIM) de Cangas y también de Moaña. Según manifestó estaba recibiendo tratamiento psicológico allí. Esto es lo que tiene desconcertados al juez y al fiscal. ¿Cómo este centro o centros que debían conocer el problema no pusieron en manos de la Justicia la situación de la mujer?

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