La mayoría de sus pacientes recurren a él alertados por todo tipo de dolores, que Aser Pereira combate afrontando el problema desde perspectivas que van desde la puramente fisiológica hasta la nutricional o incluso la psicológica. El joven fisioterapeuta lalinense asume como un reto profesional cada consulta que lleva a cabo en la calle Otero Pedrayo de Lalín.

-¿Qué fue lo que le decidió a instalarse en su tierra natal?

-Siempre tuve claro que quería trabajar en Lalín desde que terminé mis estudios en A Coruña. Seguramente tiene algo que ver por mi condición de deportista porque cuando empiezas los estudios lo que más te tira es lo de la fisio deportiva. Después vas descubriendo otras historias relacionadas con mi profesión que también me gustan.

-¿Qué busca la gente cuando entra por la puerta de su consulta?

-Sin duda alguna, la consulta más habitual es por dolor. Yo siempre les digo a mis pacientes que lo primero que tenemos que ver es de dónde procede esa molestia. El dolor más frecuente es el lumbar, por ejemplo, pero siempre existen muchos factores que aparecen antes de que ese dolor se manifieste. Pueden ser de diferentes procedencias. Evidentemente, el dolor se lleva mal y lo que se busca es paliarlo.

-¿Influye el sexo a la hora de soportar todo tipo de dolores?

-Creo que las mujeres tienen mucha mayor noción de autocuidado del que tenemos los hombres. Los hombres suelen abandonarse más sobre este asunto, mientras que las mujeres intentan saber más y se involucran también más a la hora de encontrar una explicación a su problema, y se implican en el tratamiento. Es cierto que las mujeres son más sufridoras que los hombres. Esta es una tendencia que se acentúa mucho más últimamente. La fisioterapia es mi profesión, y dentro de ella se encuentra la osteopatía. La gente cuando entra en la consulta no te pide ni una cosa ni otra, lo que quiere es una solución. También hay alguna consulta por molestias digestivas, que con ciertas técnicas manuales también se pueden mejorar. Y lo que vemos muchas veces es que detrás de ese dolor encontramos algo muy mecánico, que se puede corregir de manera manual, y otras veces ese dolor forma parte de un cuadro más complejo en el que hay desde disfunciones digestivas hasta otros factores. El dolor es un síntoma más de un cuadro complejo en muchos casos.

-¿Se pueden incluir en ese cuadro patologías como la fibromialgia, tan vinculada al dolor?

-La fibromialgia es un cuadro que, además de dolor, presenta alteraciones de estado de ánimo, alteraciones digestivas, del sueño y, a veces, la gente te viene únicamente por ese dolor, pero tenemos que cogerlo todo como un cuadro.

-¿Se puede dar el caso de que el dolor sea una señal de alarma de algo más importante?

-Es frecuente descubrir a través de ese dolor que se padecen otras cosas. A la gente también le gusta que se lo expliques y entender que existe una correlación entre todos esos síntomas. Después, en el tratamiento, hay una parte que podemos hacer los fisioterapeutas y los osteópatas, y hay otra que creo que debemos de coordinar con otras disciplinas. Todo el mundo sabe de la importancia de la nutrición, del ejercicio físico, y muchas veces detrás aparecen componentes sociales o cognitivos que también conviene trabajar en coordinación con otro tipo de profesionales.

-¿La fisioterapia es una panacea para curar el dolor?

-Yo creo que no hay nada que lo cure todo. Insisto en que es clave entenderse entre profesionales porque ninguna disciplina lo cura todo. Somos muchos los profesionales de la salud, y cada uno tiene que saber de lo suyo en concreto, pero también conocer el momento en el que tiene que pedir ayuda o coordinarse con otros.

-¿Dónde radica el prestigio adquirido ahora por la fisioterapia?

-La gente sabe perfectamente lo que es la fisioterapia. Por mi experiencia de estos tres años te puedo decir que la gente acude a ti muchas veces en primera intención antes de ir al médico, por ejemplo. Supongo que eso tiene que ver con los resultados obtenidos y porque se busca una solución mucho más allá de un simple antiinflamatorio.