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Residentes de otras nacionalidades en las comarcas

La población extranjera en Deza y Tabeirós crece en una década en 372 personas y llega a los 2.143

Lalín es el segundo municipio de la provincia donde los foráneos tienen más peso en su padrón de habitantes

Una actividad de voluntarios y usuarios del colectivo lalinense Carabelo, en el Casino. // Bernabé/Luismy

La población inmigrante en las comarcas se incrementó en diez años en 372 personas y pese a la crisis, que provocó que muchos extranjeros regresasen a sus países de origen, su peso sobre los padrones municipales es más importante que en 2007, ya cuando la caída de la economía comenzaba a asomar en la zona. El asentamiento de extranjeros en Deza y Tabeirós-Montes es muy dispar y no se puede establecer una proporción en función del tamaño de cada municipio, una vez que su incidencia sobre los censos de población de cada concello oscilan entre el 5,4% de Lalín y solo el 0,7% en el caso de Rodeiro.

Según los últimos datos estadísticos, referidos al pasado 2017, que acaban de ser difundidos por la Xunta, en las dos comarcas residen un total de 2.143 extranjeros; que son 65 más que doce meses antes, y hasta 372 de los que constaban diez años atrás. Como indicamos con anterioridad, el censo de ciudadanos procedentes de otras nacionalidades es muy importante en Lalín. Sus 1.088 vecinos que hacen vida en el municipio llegados del extranjero representan hasta el 5,4% del censo absoluto. Esta circunstancia coloca a la capital dezana como el segundo concello de la provincia en el que los foráneos tienen mayor peso en su población. Solamente Salvaterra de Miño, donde son el 6,8% (661 de un total de 9.652 habitantes) está por encima en este ranking. La media provincial se sitúa en el 3,2%; promedio prácticamente idéntico que el de las dos comarcas, donde se colocas en el 3 por ciento. Otra localidad de la zona, Silleda, aparece en los primeros puestos de la provincia y es el quinto ayuntamiento pontevedrés con más población foránea, al alcanzar el 4,6%. Son, en concreto, 402 de sus 8.669 vecinos censados el pasado año. En el conjunto de la provincia la población extranjera suma 30.131 personas. Otros ejemplos son la capital, donde están empadronados 2.796 ciudadanos de otras nacionalidades o Vigo, donde representan poco más de cuatro de cada cien habitantes.

Si observamos la evolución en un año de los extranjeros residentes en las comarcas en función de cada uno de los nueve municipios hay que apuntar que Lalín ganó 49, mientras que en Silleda son 17 menos. Vila de Cruces perdió 7, los mismos que ganó Rodeiro, y Dozón aumentó su número de foráneos en ocho casos. Una vez que los registros de la cabecera comarcal dezana y de la vecina Silleda ya están citados, el último censo de extranjeros indica que en Vila de Cruces hay 82, que representan poco más del uno y medio por ciento. Una veintena y 32 se reparten Rodeiro y Agolada, mientras que en Dozón residen exactamente 11 ciudadanos extranjeros.

En el caso de la vecina Tabeirós-Montes conviene poner el acento en el caso de A Estrada; una población semejante e incluso superior a la de Lalín, pero donde la incidencia de su población foránea es mucho menor. Los, en concreto, 365 representan el 1,7% del total; es decir, lejos de ser el primero o segundo municipio de la zona con más extranjeros, ocupa la tercera posición, ya que este censo de ciudadanos de otras nacionalidades es más elevado en Trasdeza. Menos del 1% suponen en Forcarei, donde viven 32. En el caso de Cerdedo-Cotobade los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) constatan que en este territorio inicialmente formado por dos municipios por separado residen 111 extranjeros, que son 27 más en un año. En A Estrada el incremento en doce meses fue de solo cinco casos y Forcarei tiene nueve menos.

Lalín es sin lugar a dudas el responsable del crecimiento de la población foránea en una década, una vez que de los 372 extranjeros que se sumaron a los padrones municipales en este período, hasta 352 corresponden a la cabecera comarcal dezana, pasando de 736 en 2007 a los 1.088 actuales. Silleda muestra un crecimiento más moderado, con solo una veintena de inscripciones a mayores de las 382. Singular es el caso de Vila de Cruces, que diez años atrás contaba con 36 vecinos de otras nacionalidades más. Rodeiro, Agolada y Dozón también cedieron extranjeros, pero en unos niveles bajos; con ocho, cinco y un caso respectivamente.

A Estrada vio incrementado su padrón municipal con 61 extranjeros más de los 304 que sumaba hace 120 meses y en Forcarei son tres menos. Por último, para realizar el cómputo de Cerdedo-Cotobade debemos tomar como referencia los datos por separada cuando cada una de las dos administraciones local eran independientes. Con estos datos en la mano, la población extranjera es ahora menor; en concreto hay ocho ciudadanos menos que los 119 censados en 2007.

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