El Concello de Lalín presentó en el día de ayer el estudio previo de una de las actuaciones más importantes de la estrategia DUSI Lalín Ssuma21, financiada con fondos de la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), la humanización del conocido barrio del antiguo colegio Manuel Rivero. El gobierno destinará 1,1 millones de euros para acometer los trabajos que según el concejal de Urbanismo y Benestar Social, Nicolás González Casares, comenzarán "lo antes posible", con vistas a hacerlo en verano.

La recuperación de este barrio se basará principalmente en la demolición de los edificios del antiguo colegio, la construcción de un albergue municipal destinado a medio centenar de peregrinos, el acondicionamiento de seis viviendas sociales, la reforma de la vía y ordenación del tráfico, la puesta en marcha de espacios verdes en la zona y la remodelación de uno de los accesos a la calle para colocar una rampa que permita el paso a todos. En estos puntos se basarán los trabajos que ha presentado ayer el Concello, tanto en la zona en cuestión, como más tarde en el consistorio en un encuentro para todos los vecinos de Lalín.

El resultado de este proyecto viene condicionado por la situación actual de una localización apoderada por el abandono durante la última década. Además, supeditado por el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), que por ejemplo dificulta la rehabilitación de los edificios del centro educativo. Pues hay una modificación puntual de la normativa que dice que los bloques de estos edificios no deberían estar situados donde están ahora, sino que en otro lugar dentro del espacio y, además, están contemplados como uso residencial y como equipamiento. Entonces, para colocar el albergue, el uso residencial y de equipamiento de los bloques impide que fuese también centro social. Y por se fuera poco, la norma solo permite hacer en ellos tareas de conservación y mantenimiento, por lo que era necesario construir un edificio nuevo, que además es más rentable que la rehabilitación de los anteriores bloques, según el concejal.

Casares, que presentó el documento junto con el alcalde, Rafael Cuíña y los concejales Francisco Vilariño y Lara Rodríguez, indicó que, como suele ser en estos casos, la infografía no indica al 100% como será zona en un futuro, pues lo normal es que haya modificaciones, "pero lo que se busca es saber lo que hay que hacer a partir de ahora, y esta es la hoja de ruta", indica el teniente de alcalde. El presupuesto inicial, por su parte, alcanza los 1,1 millones, pero Cuíña, como el edil de Urbanismo, creen que finalmente este importe aumentará. La cuantía servirá para una regeneración urbana de una superficie que alcanza los 3.500 metros cuadrados (m2). Indican que la "preocupación presupuestaria" está en la zona del centro educativo, ya que las partidas destinadas a la calle y a las seis viviendas sociales que se rehabilitarán "esperamos que alcancen", dice.

"Hacer esta actuación contempla la demolición de los edificios, la transformación urbana, para que esta zona tenga un equipamiento y una espacios verdes. Esta vía será una calle de prioridad peatonal, donde el acceso solo será para servicios. Se deja el aparcamiento porque así se contempla en el PXOM", apunta Casares. Cree que con limitar los accesos a usuarios con vivienda en la zona y para servicios, llegaría. En la actualidad, son muchos los coches que aparcan tanto en la calle como dentro del centro educativo, llegando incluso a dificultar el paso de vehículos y personas. Asimismo, ante la dificultad de salvar el desnivel que hay en la escalera del final de la calle, el Concello, dentro de su plan de accesibilidad, busca poner un sistema de rampas para mejorar en este apartado. También se contempló la colocación de un ascensor, que finalmente se desechó.

Además, dentro del proyecto también se proyecta una de los espacios ajardinados que no es de propiedad municipal. El Concello ya se ha puesto en contacto con los propietarios de la finca para comunicar su interés, pues este espacio ya está registrado como zona verde, por lo que el gobierno pretende que eso se convierta en propiedad municipal.

Asimismo, Casares considera que la obra no se finalizará antes de acabar el mandato, sobretodo por la construcción del albergue. En el presente año comenzarán con la demolición de los bloques de los edificios del colegio y la rehabilitación de la calle y las viviendas sociales, donde se está ya trabajando. Aún así, el concejal mantiene que "sí que se verán cambios en la calle, para acabar con un parking incontrolado, con edificios abandonados, algo que tiene que cambiar".